Cada verano, el Principado de Mónaco se convierte en el epicentro del glamour y la filantropía con la celebración de la Gala de la Cruz Roja Monegasca. Este año, el evento alcanza su 76ª edición en la icónica Salle des Étoiles del Sporting Monte-Carlo, un escenario que ha acogido durante décadas las veladas más exclusivas del calendario social del país. Presidida por S.A.S. el Príncipe Alberto II y S.A.S. la Princesa Charlène, esta gala no solo es una cita imprescindible para la alta sociedad internacional, sino también un homenaje a la labor humanitaria que desarrolla esta institución desde su fundación en 1948.
La velada ha comenzado a las 20:00 horas con una cena de gala bajo las estrellas, elaborada por el chef Thierry Saez Manzanares y los equipos de Monte-Carlo Société des Bains de Mer. El dress code es claro: esmoquin para ellos y vestido de noche para ellas. Con un precio de 1900 euros por persona -aunque las bebidas no están incluidas-, los asistentes no solo disfrutarán de una experiencia culinaria de alto nivel, sino que contribuirán directamente a las causas benéficas que impulsa la Cruz Roja Monegasca. La organización, que forma parte del Movimiento Internacional y de la Media Luna Roja, actúa tanto a nivel nacional como internacional, guiada por los principios de humanidad, imparcialidad y voluntariado.
La gala, decorada con espectaculares arreglos florales protagonizados por anturios rojos —en armonía con la identidad visual de la fundación—, reúne a una exquisita selección de invitados que representan a la perfección el equilibrio entre estilo, influencia y compromiso social. La emoción de la velada alcanzará su punto álgido con uno de los momentos más esperados: la tómbola benéfica, que ofrecerá cinco premios excepcionales donados por grandes firmas de lujo. Como broche final, los fuegos artificiales lanzados desde el mar iluminarán la bahía de Montecarlo en una explosión de color y elegancia.
Entre los primeros en hacer su entrada triunfal en esta noche solidaria destacan S.A.S. la Princesa Charlène y S.A.S. el Príncipe Alberto II, quienes han acaparado todas las miradas con su impecable estilo. Charlène, fiel a su elegancia minimalista y sofisticación característica, ha lucido un vestido plisado en color azul con hombros cubiertos y un favorecedor escote en 'v'. Como complemento, ha llevado un precioso ramo de flores con tonos que armonizaban con su atuendo: mitades en rosas suaves y azules delicados. Por su parte, el Príncipe Alberto ha optado por un traje blanco de chaqueta que dejaba todo el protagonismo a su pajarita roja, en sintonía con la temática de la gala, que ha combinado con pantalón negro clásico, mostrando su habitual equilibrio entre sobriedad y simbolismo.
Camille Gottlieb, sobrina del príncipe Alberto de Mónaco y responsable del departamento de juventud de la Cruz Roja Monegasca, no ha faltado a esta cita tan especial. Fiel a su estilo refinado y a su implicación con la labor solidaria, ha vuelto a destacar como una de las grandes protagonistas de la velada. En esta edición, ha lucido un elegante vestido en blanco y negro con escote Bardot, falda de tul hasta los pies y sutiles detalles en pedrería, reafirmando su posición como uno de los rostros más visibles de la nueva generación Grimaldi comprometida con la filantropía.
Entre los miembros de la familia Grimaldi que tampoco han querido perderse esta cita solidaria se encuentran Louis Ducruet y su esposa Marie Ducruet, quienes han hecho gala de su habitual elegancia con un estilismo perfectamente coordinado. Marie ha apostado por un llamativo vestido verde con capa, una elección vibrante que ha realzado aún más al acompañarlo con un ramo de flores fucsia, creando un sofisticado contraste cromático. Louis, por su parte, ha lucido un traje azul oscuro con sutiles detalles en negro, que aportaba un aire moderno sin perder la sobriedad exigida por el dress code de la velada.
Una de las parejas que más flashes acaparó fue la formada por Charles Leclerc, piloto monegasco de Fórmula 1 y uno de los rostros más internacionales del deporte, y la joven Alexandra Saint Mleux, conocida por su presencia en redes sociales y por su discreta pero estilosa imagen. Aunque la pareja nunca ha confirmado oficialmente su relación, su complicidad y elegancia hablaron por sí solas. Alexandra deslumbró con un delicado vestido asimétrico en tonos suaves con detalles en tul, que aportaban movimiento y romanticismo al conjunto, mientras que Charles apostó por la sobriedad y el clasicismo con un esmoquin negro impecable.
Entre las asistentes más destacadas estuvo la actriz y modelo danesa Brigitte Nielsen, que brilló con un deslumbrante vestido de pedrería con cola y lució su característico corte pixie con una elegancia arrolladora. La productora italiana Monika Bacardi, habitual de estas citas benéficas, optó por un vestido de transparencias negras y un colgante imponente, combinado con ondas suaves y labios rojo intenso, un look que no pasó desapercibido.
Uno de los momentos más esperados de la noche es la tradicional tómbola benéfica, presentada por la bailarina estrella Aurélie Dupont y el periodista francés Harry Roselmack. Ambos, además de ejercer como anfitriones de excepción, brillaron también a su llegada al evento: Harry posó junto a su esposa Jennifer Galap, él con un esmoquin sobrio y pajarita negra, y ella con un espectacular vestido de pedrería y una falda con una larga cola que captó todas las miradas. Por su parte, Aurélie deslumbró con un sofisticado conjunto de dos piezas en rojo vibrante y un top de lurex brillante, acompañado por un recogido impecable.
También han hecho su aparición Samir Traboulsi y Paola Traboulsi, una de las parejas más elegantes de la noche. Él ha apostado por un traje clásico con un chaleco en tono borgoña, un detalle sutil pero distintivo que elevaba el conjunto, mientras que Paola ha deslumbrado con un sofisticado vestido de seda en marrón claro, que ha combinado con un bolso de acabado plateado, aportando luz y equilibrio a su estilismo.
Tampoco faltaron el artista Marcello Lo Giudice y su esposa Natalia, que apostaron por la sofisticación en clave estival: él con traje clásico, y ella con un vestido amarillo asimétrico adornado con pedrería, que completó con un bolso de mano a juego.
La música será protagonista esta noche con el concierto del legendario Billy Idol, icono del rock británico, cuya energía rebelde y estilo inconfundible prometen encender el escenario. Con más de cuatro décadas de carrera, Idol aportará un toque de irreverencia y nostalgia a una noche marcada por la sofisticación.
El arte también tuvo su espacio gracias al artista conceptual Bernar Venet, quien asistió acompañado por su esposa, Diane Venet. Él optó por un traje sencillo pero elegante, mientras que ella lució un distinguido traje de chaqueta con detalles interiores en azul. Venet donó a la Cruz Roja Monegasca su obra Generative Angles Painting – Red 11, un gesto solidario que refuerza el vínculo entre la cultura y la acción humanitaria, y que subraya el compromiso de los artistas con las causas sociales.
Entre los asistentes más esperados, destacó la presencia de la legendaria cantante británica Shirley Bassey, que volvió a pisar Mónaco con su inconfundible porte. La artista deslumbró con un elegantísimo conjunto en tonos perla, sabiamente combinado con joyas de perlas y un favorecedor labial rojo que añadía dramatismo al conjunto. También hizo acto de presencia la modelo eslovaca Adriana Sklenarikova Karembeu, muy ligada a las labores humanitarias del Principado, que eligió un impecable traje blanco en contraste con un fular negro anudado al cuello a modo de corbata, aportando un toque sofisticado y vanguardista.
También se ha dejado ver por la alfombra del Sporting Monte-Carlo Sylvia Pastor, quien ha deslumbrado con un romántico vestido floral de corte fluido, realzado por un delicado detalle en el hombro que añadía un toque de sofisticación. Fiel a su estilo femenino y original, ha completado el look con un broche en forma de flor adornando su peinado y un bolso de lo más singular, que no ha pasado desapercibido entre los asistentes más atentos al detalle.
Con su riguroso código de etiqueta que impone esmoquin y vestidos de gala, la velada reúne a lo más selecto del panorama europeo e internacional. Esta conjunción de alta sociedad, arte, música y compromiso solidario convierte la Gala de la Cruz Roja Monegasca en una de las noches más esperadas del verano, no solo por su espectacularidad, sino por el mensaje que transmite: que el verdadero lujo está en dar. La Gala de la Cruz Roja Monegasca es mucho más que una noche de lujo: es una celebración del compromiso, la generosidad y la esperanza. En un entorno donde el esplendor se une a la solidaridad, Mónaco vuelve a demostrar que el verdadero glamour está en ayudar a los demás.
Una tradición real que ilumina el verano monegasco
Con más de siete décadas de historia, la Gala de la Cruz Roja se ha convertido en uno de los actos más esperados del calendario social europeo y en una de las tradiciones más queridas por la familia Grimaldi. Lejos de ser un evento ocasional, este baile benéfico refleja el espíritu filantrópico de la Casa Real monegasca, que desde los tiempos del príncipe Rainiero y la inolvidable Grace Kelly ha vinculado el glamour con el compromiso social.
La edición de 2023 fue especialmente vibrante. El príncipe Alberto y la princesa Charlène abrieron la pista con un romántico baile que dio paso a una noche inolvidable presidida por la música de Robbie Williams, quien volvió a actuar por tercera vez ante los Grimaldi. Ataviado con un look rockero y deslumbrante, el artista británico —que ya había participado en las ediciones de 2014 y 2015— hizo vibrar a los 800 invitados con éxitos como Rock DJ o Feel, transformando la Salle des Étoiles en un espectáculo digno de festival.
Pero más allá del brillo de los focos, la gala mantuvo su esencia solidaria: la tradicional subasta benéfica recaudó fondos gracias a piezas de lujo, entre ellas un exclusivo reloj de oro rosa con 38 diamantes donado por la propia princesa Charlène. La noche se cerró con fuegos artificiales sobre la bahía, como broche dorado a un evento que conjuga a la perfección, elegancia, espectáculo y solidaridad.