El curso ha llegado a su fin. El Hormiguero se ha despedido de la audiencia hasta el 1 de septiembre tras nueve meses de trabajo intenso en los que han recibido a personalidades nacionales e internacionales. Un largo listado de invitados en el que Carmen Machi ha puesto el broche de oro al ser la asistente del último programa, ese con el que han dado la bienvenida a las merecidas vacaciones. Ha sido una etapa llena de sorpresas, anécdotas y momentos divertidos, pero también ha habido días difíciles marcados por noticias tan devastadoras como la DANA o las tensiones con La Revuelta. Pablo Motos y su equipo miran al futuro con ilusión por seguir alargando la historia del programa tras casi dos décadas triunfando, pero el presentador también ha mirado al pasado para hacer balance mediante un discurso que reproducimos íntegro a continuación.
"Quería hacer algo especial esta noche. Hoy que acaba la temporada, os quiero contar algo personal. De todos los monólogos de este tipo que he hecho, la frase que más impacto ha tenido y que ha hecho que bastantes personas me hayan dicho que después de oírla hicieron cosas tan fuertes como dejar a su pareja o abandonar su trabajo, es que lo más inteligente que se puede hacer en esta vida es saber marcharse a tiempo. Marcharse a tiempo de cualquier lugar, persona o cosa que nos amarga, que nos corta las alas y que no nos deja vivir. Os prometo que me ha pasado como unas diez veces, que es muchísimo. La reacción de estas personas diciéndome eso me hizo pensar en el inmenso poder que tienen las palabras.
Una sola palabra puede enamorar o destruir. Una sola palabra puede decidir cómo va a acabar una negociación. Las palabras pueden hacer que tu mente se llene de mentiras. Las palabras pueden hacer que te rindas. O lo contrario, cuando estás a punto de tirar la toalla, una palabra amable te puede salvar el día. Una sola frase es más que suficiente para acabar con la felicidad. De hecho, cuando te deprimes, lo haces usando palabras contra ti. Con las palabras puedes hacer a una persona exitosa o destruir su confianza. Una simple elección de las palabras hará que alguien te acepte o te rechace. Tu boca puede escupir veneno o puede reparar un alma rota.
Las palabras son poder, porque todo lo que sientes lo sientes a través de las palabras. Con las palabras podemos inspirar amor, amistad, deseo, admiración... Y también podemos engañar, manipular, encubrir, ofender y destruir. Las palabras pueden hacer incluso que algo cambie de sabor. Un café etiquetado como de cultivo ecológico te sabrá mejor que uno idéntico sin etiquetar, porque nuestro cerebro predice cómo percibimos los sabores a través de las palabras.
Tenemos mucha suerte de tener palabras. Imaginad por un momento qué sería de nosotros si no las tuviésemos. Nada sería como es. Ni tú tampoco serías como eres. Por eso es importante que tus palabras sean tuyas. No hagas caso de los que te dicen cómo tienes que hablar. En realidad te están diciendo cómo tienes que pensar. Y lo más importante, aprende a hablarte bien. Cuando hablamos con nosotros, nuestro cerebro lo que escucha es como si te lo estuviese diciendo otra persona. Por eso son importantes las palabras que te dices. Y tengo un método que os lo paso, porque a mí me sirve.
Escoge a la persona a la que mejor le hablas. A la que incluso cuando estás enfadado, escoges las palabras para hacerle el menor daño posible. Y a partir de hoy no te hables a ti peor de lo que le hablarías a esa persona. Pruébalo y todo cambiará a mejor. Porque la historia que te cuentas con tus palabras es la que le da forma a la vida que tienes.
Hoy se acaba la temporada y quiero daros las gracias a todos por lo bonita que ha sido, por vuestro apoyo. De verdad, os lo digo de corazón. Gracias por vernos cada noche. Os deseo a todos un buen verano y nos vemos el 1 de septiembre. Muchas gracias"