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Olivia y Francisco de Borbón afrontan, sin duda, uno de los momentos más difíciles de su vida. Hace poco más de un mes —el 20 de mayo— perdieron, de forma inesperada, a su querido padre, don Francisco de Paula de Borbón y Escasany —que fallecía tan solo diez días después que su hermano Alfonso— y, la semana pasada, quisieron darle un último y sentido adiós.
© Fernando JuncoEl lunes, 16 de junio, Olivia se despedía del duque de Sevilla en la Iglesia Catedral Castrense de Madrid, y lo hacía acompañada por su marido, Julián Porras-Figueroa, y sus dos hijos, Flavia —que hace unas semanas celebraba su Primera Comunión— y Fernando Enrique, que se han convertido en su gran apoyo. También por familiares —como su tía Marisa Yordi, viuda de Alfonso de Borbón— y muchos seres queridos —como las hermanas Cari y Myriam Lapique, viuda de Alfonso Cortina, gran amigo de don Francisco—. Quien no pudo acudir, lamentablemente, fue su hermano.
© Fernando JuncoComo nos confirman fuentes cercanas, el hijo pequeño de Francisco de Borbón sufrió un problema de salud -tras un viaje a Nueva York- que le impidió estar presente en la ceremonia, así que rindió homenaje a su padre en otro funeral que estaba previsto en Marbella, cuatro días más tarde —el 20 de junio—, con su mujer, Sophie de Borbón Karoly.
Según cuentan a ¡HOLA!, Olivia pretendía estar presente también en este acto, pero le fue imposible llegar a la Costa del Sol a tiempo. Al tratarse de un viernes laborable, tenía que trabajar y encontró muchas complicaciones para viajar —más en estas fechas, en las que hay muchos desplazamientos—. De hecho, también nos deslizan que el motivo por el que se organizaron dos funerales, uno en la capital y otro en la ciudad malagueña, fue porque don Francisco vivía a caballo entre ambos lugares y, así, ningún ser querido tendría que desplazarse de un sitio a otro.
El jueves, 26 de junio, también había otro acto organizado en su memoria, en la Iglesia de Santa Bárbara, en la capital -en el que Olivia tampoco pudo estar presente: por compromisos laborales, se encontraba fuera de España-. En esta ocasión, uno institucional, junto a la Orden de San Lázaro, de la que Francisco es Gran Maestre, como lo fue su padre antes que él, y del Real Cuerpo de la Nobleza de Asturias. El propio duque de Sevilla nos contaba, en una de las pocas entrevistas que concedió a lo largo de su vida, que "no le nombré yo, lo nombró una asamblea formada por personas de los cincuenta países en los que está la Orden. Por supuesto, influí porque yo, mi padre, mi abuelo, un primo mío… Todos fueron Grandes Maestres de la Orden de San Lázaro. De los 50 Grandes Maestres que fundaron la Orden, por lo menos 20 eran antepasados en distinto grado. Es una tradición muy familiar".
© STUDIO24Aunque las circunstancias obligaron a Olivia y Francisco a despedir a su padre por separado, nos aseguran que entre los hermanos no hay ningún tipo de problema ni desavenencia. Es más, en lo que menos piensan, ahora mismo, es en el título nobiliario que ostentaba su padre —el ducado de Sevilla, que él llevó con la mayor "humildad", discreción y siendo un "ejemplo" para sus hijos—. "Lo normal siempre es esperar un año de luto más o menos. Es un tema del que no se habla ahora mismo", nos puntualizan. La relación entre Olivia y Francisco es muy buena. "Nunca van a separarse como familia". "Están superunidos, apoyándose el uno al otro", ante este nuevo golpe de la vida —hace cinco años, fallecieron su hermana mediana, Cristina, y su madre, Beatriz von Hardenberg, con apenas un mes de diferencia—. Pese al dolor, la vida continúa para ambos y siempre estarán, en su recuerdo, tanto sus padres como su hermana.
