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Ha sido, sin duda, uno de los temas más comentados de los últimos días. Alejandra Rubio y su pareja, el actor Carlo Costanzia, se desplazaban recientemente hasta las inmediaciones de una prisión en Turín —donde están internos los hermanos del joven, Pietro y Rocco Costanzia— para desearle un feliz cumpleaños al primero de ellos. Lo hicieron con gritos, muestras de cariño, e incluso fuegos artificiales incluidos, en una escena que Carlo compartió públicamente en redes sociales y que, casi de inmediato, generó una intensa ola de críticas y comentarios.
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© alerubiocLa escena, cargada de simbolismo y polémica, no pasó desapercibida para nadie. Tampoco para sus compañeros del programa Vamos a ver, donde Alejandra colabora habitualmente. Fue precisamente en ese plató donde, tras una tensa intervención de la joven, Joaquín Prat le dirigió un mensaje muy claro: “Te tienes que ubicar ya. No estás con el enemigo. Te hemos tratado siempre bien. A lo mejor deberías replantearte qué es lo que quieres hacer”. Sus palabras dieron lugar a un nuevo foco de atención, y el ambiente no tardó en cargarse de tensión.
© TelecincoConscientes del revuelo, muchos esperaban con expectación la reacción de Terelu Campos. Y esta ha llegado, aunque con la discreción y contención que la caracterizan. La colaboradora ha hablado en el programa ¡De viernes!, donde se ha sincerado sobre lo ocurrido, sin entrar en detalles pero dejando claras sus emociones como madre. “No tengo nada que decir. Alejandra ha hecho el comunicado y cuando llegue a Vamos a ver hablará con quien tenga que hablar. Lo demás no me pertenece”, comenzaba diciendo.
En todo momento, Terelu ha querido marcar los límites entre su papel como colaboradora y su condición de madre. Con voz serena pero firme, ha compartido una reflexión que tocó la fibra sensible de todos los presentes: “Sois padres, poco puedo decir. Los que somos padres sabemos lo felices que somos cuando los hijos aciertan y lo infelices que somos cuando no”. Sin alimentar la controversia, sí ha dejado claro que ha hablado con su hija, aunque siempre en la intimidad. “Lo mejor para aclarar, enmendar o subsanar lo que ha hecho ella, es ella”, ha sentenciado, reafirmando que no es su papel comentar públicamente lo que su hija debe o no debe hacer. “Quiero evitar contribuir a que le hagan daño”, añadía con entereza.
© TelecincoLa presentadora, que siempre ha protegido a su familia por encima de todo, recordaba también que entre madre e hija hay un acuerdo tácito: “Nunca he hablado de Alejandra, es algo que tenemos muy claro la una de la otra”, y continuaba: “Ni ella podría hacer algo para arreglar algo que yo haya hecho, ni yo algo que haya hecho ella, de una manera, para algunos más correcta, para otros menos correcta”.
© GTRESAl ser preguntada por la reprimenda pública de Joaquín Prat, Terelu quiso restarle dramatismo. “Le mando un beso, le tengo especial aprecio”, comentó con afecto, evidenciando que no guarda ningún tipo de rencor hacia el periodista. Aun así, subrayó que quien la conoce bien, ya sabe lo que piensa: “Quien me conoce sabe lo que me parece”. No obstante, su preocupación de madre no podía disimularse. Con palabras cargadas de emoción, confesó que el asunto le ha afectado: “He hablado con mi hija de esto, por supuesto que sí. Pero no tendría sentido que diga yo algo. Lleva suficiente tiempo para que lo haga ella”, repitió, dejando claro que la joven debe afrontar las consecuencias de sus actos con responsabilidad, pero también con la oportunidad de aprender.
© terelubcamposEl mensaje de Alejandra: "No soy un robot, soy humana
Mientras tanto, Alejandra también ha querido dar su propia versión de los hechos. En un sincero mensaje publicado en su perfil público, donde acumula más de 360.000 seguidores, la joven abría su corazón: “No soy un robot, soy humana y cometo fallos. Simplemente soy una chica de 25 años que no es perfecta y tiene una coraza demasiado grande”.
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© carlocostanziaY añadía: “A veces echo de menos el calor entre nosotros, un abrazo, una buena palabra y no siempre un reproche… Pero también entiendo que este mundo en el que trabajamos no va de eso”. Unas líneas con las que busca tender puentes y mostrar su deseo de mejorar: “Tengo la suerte de poder aprender de mis errores”, concluía.
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