Jesús Calleja regresa a Telecinco con el estreno de su nuevo formato, Volando voy, volando vengo, y lo hace con una potente historia. El primer episodio del espacio, que arranca este jueves en prime time, está dedicado a las secuelas que dejó la DANA en Sot de Chera, un pequeño municipio valenciano muy afectado por el temporal. En este reencuentro con la audiencia, el presentador ha compartido con Carlos Franganillo una experiencia que le ha marcado hasta el punto de desbordarse emocionalmente: “Me he roto”, reconoce.
Un regreso sobrevolando las emociones
A bordo de su helicóptero —una de las novedades del formato—, Jesús Calleja ha recorrido esta zona devastada junto al periodista Carlos Franganillo. El comunicador se ha subido con él para mantener una conversación sincera en pleno vuelo. “Cuando alguien sube aquí, la entrevista cambia por completo. Hay una especie de magia. La gente se abre, se sincera de una manera diferente”, explica Calleja, que lleva casi dos décadas pilotando aeronaves.
Esta vez, la televisión ha servido de altavoz para dar visibilidad a historias de superación personal, marcadas por la pérdida y la incertidumbre. “Nos hemos encontrado con personas que lo han perdido todo, que sienten que no pueden recuperar su vida. Y a una de ellas le hemos preparado una sorpresa que jamás se imaginaba”, cuenta.
“No he podido continuar”
El momento más difícil para el leonés llegó precisamente durante el rodaje de ese primer episodio. “Vas a llegar al límite, te vas a romper. Yo me he roto. Ha habido un momento en el que no he podido seguir hablando. No he sido capaz de mantenerme profesionalmente entero. He visto cosas muy duras”, confiesa Calleja.
El propósito de esta nueva etapa no es solo entretener. “Queremos que el programa deje huella, que tenga un impacto real. Que sea una televisión que construya, que emocione y que transforme”, señala. Por eso, Volando voy, volando vengo arranca con dos capítulos dedicados íntegramente a la tragedia de la DANA en la Comunidad Valenciana, con el objetivo de rendir homenaje a quienes aún luchan por salir adelante.
“Después del espacio, soy más feliz”
En esta charla en las alturas, Calleja también se ha referido a su experiencia como astronauta, tras su viaje al espacio. “Ese efecto perspectiva me cambió la vida. No por haber estado ahí, sino por lo que vi desde allí. Me he vuelto más feliz. He sentido que todo esto es demasiado perfecto como para que no haya algo más después”, asegura. Y añade una reflexión que va más allá de lo científico: “Los átomos no se destruyen. Desde ese punto de vista, no nos morimos del todo. Es algo muy profundo, emocional y vital”.
Una nueva etapa con el sello de Calleja
Volando voy, volando vengo mantiene el espíritu de aventuras y cercanía que caracteriza los proyectos de Calleja, pero con un enfoque aún más emocional. “La ambición de esta nueva etapa es enorme. Vamos a lugares recónditos, hablamos con personas que nunca han volado ni salido de su comarca. Queremos cambiar su día a día, aunque sea un poco. Eso ya justifica todo el esfuerzo”, afirma.
Con esta mezcla de compromiso social y aventura el presentador de 60 años pone en marcha un nuevo reto profesional en el que pretende seguir explorando historias que merecen ser contadas.