Desde que el término nepo baby (una palabra anglosajona que hace referencia a los hijos de los famosos) se colase en nuestro vocabulario, resulta complicado ver a las celebridades caminando entre mortales. Su vida está muy alejada de los estándares de cualquier persona de clase media: lujos, viajes millonarios y una calidad de vida con la que solo los que ganan la lotería pueden soñar. Por eso resulta tan llamativo ver a algunos de ellos haciendo tareas del día a día o trabajos mundanos. Eso es precisamente lo que ha pasado recientemente con Kai Trump, la nieta mayor de Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos, y su favorita.
Kai es uno de los perfiles más afines al presidente: su herencia MAGA (el acrónimo de su famoso Make America Great Again) está a salvo bajo el paraguas de esta joven que, en la Convención Nacional Republicana de 2024, llamó la atención de todos los fieles de Trump por su particular discurso. "Hablo hoy para compartir el lado de mi abuelo que la gente no suele ver", dijo el pasado 17 de julio. "Para mí es un abuelo normal. Nos da caramelos y refrescos cuando nuestros padres no están mirando. Siempre quiere saber cómo nos va en la escuela", admitía entonces. Es hija de Donald Trump Jr. y su exmujer, la modelo Vanessa Haydon. Es la única de sus nietos que ha cumplido la mayoría de edad, y también la primera en hacer campaña a su favor al hablar en uno de sus mítines.
Una 'heredera' muy viral
La joven de 18 años (recién cumplidos) ha subido un vídeo a YouTube en el que hace uno de los retos más virales en redes sociales: probar el menú completo de una cadena de comida rápida. En su caso, ha escogido todos los sabores de bebida y comida de Dunkin' Donuts, una marca estadounidense conocida por sus dulces y famosa en todo el mundo. Con el subidón de azúcar, la nieta del presidente se ha animado a ponerse detrás del mostrador y servir una orden a un cliente que pasaba con su coche. ¿Se trata de un reto viral más o de una forma de llamar la atención?
Los comentarios que se han filtrado en dicho vídeo de TikTok oscilan entre la alabanza -"Princesa de América"- y el odio -"trabajas por 12 dólares la hora como si tu cuenta bancaria no tuviera siete ceros"-. La joven viste una falda de tenista color naranja y un top de tirantes de color rosa, una combinación cromática que, como muchos han apuntado, coincide con las del logo de la icónica marca estadounidense. ¿Casualidad o guiño?
Sea como sea, Kai ha demostrado llegar al público. No en vano, tiene casi dos millones de seguidores en YouTube, otros 1.6 millones en Instagram y unos tres millones más en TikTok. Sus vídeos reciben infinidad de visitas y consiguen conectar con una audiencia que también se aleja de la directrices ideológicas de su familia, pues en ellos muestra una faceta un tanto más desenfadada de la que solemos ver en la Casa Blanca. Además de ser una especie de influencer en el universo Trump, Kai también es una gran golfista, una pasión que comparte con su abuelo, a quien suele acompañar para practicar sus golpes.
La cercanía con Trump no solo se observa en sus gustos o el respeto mutuo que se muestran detrás y delante de las cámaras: el gesto en el Dunkin' Donuts recuerda a cuando Donald Trump se 'puso' el delantal en un McDonald's de Pensilvania, preparando los pedidos con sus propias manos... e incluso atreviéndose a servir patatas fritas a los clientes.