La fortaleza física y mental de Álvaro Muñoz Escassi ha sido uno de los temas más comentados de la final de Supervivientes 2025, en la que ha quedado en segunda posición tras haber ganado las grandes pruebas de la noche con mucha ventaja respecto a sus compañeros. Tras esos dos retos, y después de tres meses en los que ha dado diariamente el 100%, ha sorprendido mucho verlo roto. El jinete no ha podido reprimir las lágrimas por una mezcla de cansancio físico y emoción desbordante al volver a tener al lado a las personas más importantes de su vida: su familia y su novia, Sheila Casas, con la que ha protagonizado un apasionado reencuentro.
Para Escassi ha sido una gran sorpresa que Sheila le esperase en esta gala final. Ha entrado al plató pensando que iba a reencontrarse con sus compañeros y con algunas personas de su círculo, pero cuando ha visto que estaba ella, ha hecho un gesto indicando que necesitaba abrazarla la primera. Así ha sido. Ha asegurado que la ve "impresionante" mientras que ella ha recalcado lo orgullosa que se siente del concurso que ha hecho. "Lo has hecho increíble, estoy muy orgullosa. Te amo", ha comentado visiblemente inquieta y muy feliz por volver a tener a su pareja en Madrid.
Sheila no ha acudido al plató hasta el último día porque se pone "muy nerviosa", pero sí se ha mostrado cada semana más orgullosa del concurso de Escassi y defiende que se ha ganado a pulso ser uno de los cuatro finalistas. "Desde el primer día ha demostrado su fortaleza, valentía, buen corazón y, sobre todo, muy humano. En las pruebas ha sido un espectáculo verlo, siendo uno de los que más pruebas ha ganado y dándolo todo por el equipo, tirando del carro cuando ha hecho falta. No ha buscado protagonismo, se lo ha ganado con hechos", decía hace unos días. También resaltaba su buen carácter, lejos de los conflictos y dispuesto siempre a remar a favor del equipo." Ha estado siempre ahí para sus compañeros. Sin malos rollos, sin gritos, sin quejas. Cuando ha tenido que pedir perdón, lo ha hecho sin problema y eso dice mucho de él", añadía.
La historia de amor entre Álvaro y Sheila se hizo pública en noviembre y desde entonces se han vuelto inseparables (sin contar con estas semanas que han pasado lejos). Sus caminos se cruzaron en el programa TardeAR, donde ambos comenzaron a trabajar como colaboradores con el arranque de la temporada. La chispa entre ellos fue evidente, y aunque inicialmente evitaron poner etiquetas a su situación, no tardaron en mostrar abiertamente su amor. Tan ilusionado está el jinete con la hermana de Mario Casas que solo tres días después de conocerse se hizo un tatuaje que simboliza su relación. "Se sentó al lado y me lo pintó ella. Es una S con un corazón, luego me lo tatué", les contó a sus compañeros de Supervivientes sobre este detalle que hasta entonces era desconocido.
Antes de ver a Sheila, Álvaro ya había podido abrazar en la sala VIP a sus dos hijos y Lara Dibildos. "Es mi ejemplo en la vida, cuando sea mayor quiero ser como él. Es el mejor padre que puedo pedir", ha dicho Álvaro. "Los que lo conocemos sabemos que es así. Es un atleta, muy competitivo y la mejor persona que uno pude ser. Creo que lo ha demostrado", ha añadido Anna. Para el concursante, haber llegado a la final es un privilegio y un orgullo: "No podía haber sido más bonito llegar hasta aquí. Ha sido precioso llegar hasta donde he llegado y dar lo mejor de mí. Estoy superfeliz y agradecido a todos, a la cadena, a la productora... a todos los que hacen posible este programa. Y al servicio médico. Yo ya he ganado".