El líder y prescriptor de la cosmética de alta gama, empresario e hijo del gran icono y fundadora del imperio de Estée Lauder, ha fallecido en su residencia de Manhattan a los 92 años, tras una vida dedicada a llevar el sueño de su familia a lo más alto. En el año 2019 y coincidiendo con el 75 aniversario de nuestra revista, tuvimos el placer de hablar con Leonard Lauder y su familia, y conocer un poco más la historia del el gran imperio familiar que hoy sostienen sobre cimientos fuertes. Así fue como desde el alto edificio situado en la Quinta Avenida de Nueva York, conocimos al gran Leonard, que nos recibió con una gran sonrisa y un cálido abrazo, y empezando por el principio, hablamos de su infancia.
Una infancia feliz marcada por el gran trabajo de sus padres, Esther y Joseph Lauder, que se casaron en 1930 y en 1946, -tan solo dos años después del nacimiento de nuestra revista- fundaron la marca Estée Lauder. Pudo vivir desde pequeño cómo se preparaban las primeras cremas de la marca y aprender a "perseguir sus sueños y nunca aceptar un no por respuesta", contó.
"Al final. el secreto para trabajar en familia es anteponer el amor a todo" confesaba al hablar de cómo es trabajar con su familia con el objetivo de sacar adelante un sueño común.
Por ello, recuerda los años que trabajó mano a mano con su madre, Estée Lauder y consiguió llevar a la empresa a lo más alto, convirtiéndola en una multinacional. "Mis padres siempre se trataron con dignidad, respeto...y un amor grandísimo" confesaba al hablar de cómo trabajaron ambos por la empresa. Al crecer viendo el ejemplo de sus padres y tras finalizar sus estudios, Leonard se convirtió en presidente de la empresa en 1972.
A lo largo de las décadas, y alineado con la expansión de su empresa, Leonard tuvo la brillante idea de sacar también otras marcas de cosmética independientes pero dentro de la compañía, y ver cómo estas funcionaban compitiendo entre ellas. Así nacieron las marcas Clinique, Prescriptives y Origins, y tras ello compró otras marcas de la competencia como MAC o Bobbi Brown.
"Conseguí convertir mi trabajo en mi vida...¡incluso en mis vacaciones!"
De esta manera, se llevaba a sus hijos, y los últimos años a sus nietos, a viajes de trabajo en los que se dedicaban a la empresa durante todo el día y al volver al hotel por la noche, disfrutaban de tiempo juntos. "Mis vacaciones eran mis viajes, en los que me organizaba para quedarme en hoteles en los que poder disfrutar y hacer deporte antes de comenzar a trabajar a las 10".
En 2015 contrajo matrimonio con la fotógrafa Judy Glickman Lauder, tras perder a su mujer, Evelyn Lauder cuatro años antes, en 2011. En nuestra entrevista, nos contó que enamorarse a cualquier edad era posible y que Judy le proporcionaba felicidad y una vida preciosa, en la que todas las semanas se aseguraban de tener una cita y cenar juntos. Ambos se casaron tras terminar matrimonios de más de media década, y tenían en común u total de 23 nietos de todas las edades.
"Estée era un increíble modelo a seguir y una abuela maravillosa. Era cálida, fuerte, graciosa y elegante. Nos enseñó lo importante que es el trabajo duro y amar aquello que haces"
A esta apasionante conversación se suma su hijo William Lauder, que llevaba trabajando ya 30 años en la empresa como chairman ejecutivo de la compañía. Al preguntarle por las ventajas que encuentra al trabajar en familia, asegura que el enfoque a largo plazo es más fácil si imaginas el futuro de la empresa como el futuro para tus hijos. En este caso, sus hijas, de las que habla al referirse a una nueva generación que se hace preguntas: dónde comprar, de dónde vienen...e intenta buscar significado a todo lo que consume y mantener sus principios.
Tras ello, comienzan a hablar de Evelyn Lauder, primera mujer de Leonard y una importante figura en la empresa principal. Tras luchar 20 años contra un cáncer de mama, dejó un gran legado en el que visibilizó esta enfermedad. "Ella siempre se aseguraba de estar con una sonrisa en la cara y que todos estuvieran agusto" afirma William al preguntarle por su madre. Una trabajadora nata que consiguió todo lo que se propuso y era madre, abuela, empresaria a la vez, manteniendo siempre a la familia unida. A raíz de su compromiso con la visibilización de su enfermedad, ha dejado un legado imparable y ha conseguido mejorar la vida de millones de personas.
También, participan en la entrevista sus primas Aerin y Jane Lauren, que afirman estar muy orgullosas del legado de su familia y de poseer el apellido Lauder. Desde abril de 2014, Jane es presidente de Clinique, otra de las marcas de la empresa y recuerda, junto a su hermana, a la belleza, elegancia y presencia que tenía su abuela Estée. De esta manera, Jane afirma que haber podido disfrutar de su abuela durante 20 años fue todo un regalo y una fuente de inspiración absoluta para ella.
Un referente en toda regla para ellas, que les enseñaba la importancia de las capas a la hora de pintarse los labios, de ponerse colorete...y de saber diferenciar que hay un aroma para cada ocasión que no se puede utilizar el mismo perfume para todo.
"Era un increíble modelo a seguir, una abuela maravillosa. Cálida, fuerte, graciosa y elegante"
Aerin Lauder cuenta que fue su mayor mentora, y tras estar trabajando en la empresa familiar desde muy pequeña, con su ejemplo se animó a crear su propia marca de estilo de vida y belleza "Aerin" en 2012, trasladando su arte y su personalidad a cada pieza de sus colecciones. Abrió su primera tienda en los Hamptons, lugar lleno de momentos en el que sus abuelos tenían una casa, la misma en la que vive ahora, y donde ha visto crecer a sus hijos. A los que sin duda, quiere transmitir la importancia del trabajo duro, que aprendió con el ejemplo de sus abuelos, aparte de la honestidad, felicidad y pasión por ello.
Al hablar de ellos también enfatiza en la ilusión que le haría que trabajaran en el negocio familiar al terminar sus estudios. "Son muy buenos estudiantes, así que creo que les atrae mucho el mundo de la empresa. Lo que quiero es que encuentren algo que amen. Que es lo más importante" contaba.
Al hablar de sus hijos y su infancia, Jane cuenta que tras tener que ir siempre con alguien de seguridad cuando eran pequeñas, ahora prefiere llevar una vida lo más discreta posible, alejándose de las redes sociales.
Trabajar con su familia hace que los negocios a veces se trasladen a las reuniones familiares, y que no siempre estén de acuerdo en todo, aunque luchan por comunicarse todo siempre con honestidad. "Estoy orgullosa de haber trasladado nuestra manera de ser como familia a nuestra empresa", confiesa. También, se siente orgullosa de todos los logros conseguidos a través de la inversión en la investigación contra el cáncer y la ayuda a miles de pacientes y sus familias y la Fundación MAC Aids Found.
Para finalizar el maravilloso encuentro ocurrido en las impresionantes oficinas del gigante de la cosmética, Leonard hablaba de su pasión por el arte moderno y el cine, ya que era uno de los mayores coleccionistas del mundo. Entre sus próximos proyectos, estaban el sacar un libro que recapitulara sus conocimientos en el mundo empresarial a lo largo de todos estos años, así como su vida, enfatizando en su trayectoria entre los años cincuenta y los ochenta, un libro que se publicó en 2020.