Esta noche, Raphael vuelve a los escenarios. Lo hace en el majestuoso Teatro Romano de Mérida, el primero de muchos conciertos que marcarán su regreso tras meses de tratamiento por un linfoma cerebral. Y lo hace con fuerza, ilusión y la serenidad que solo otorgan los años y la experiencia. A pocas horas de reencontrarse con su público, el artista ha querido hablar públicamente sobre cómo ha vivido este tiempo alejado de los focos y cómo se encuentra ahora, justo antes de volver a hacer lo que más ama.
Fue en diciembre cuando Raphael comenzó a experimentar los primeros síntomas: desorientación, dificultad para expresarse… una sensación, en sus propias palabras, “fatal”. El diagnóstico llegó poco después: linfoma cerebral primario, con dos nódulos localizados en el hemisferio izquierdo. La noticia, como él mismo confesó en una reciente entrevista con RTVE, fue un “golpetazo inesperado”. Desde entonces, el artista ha mantenido un perfil bajo mientras se sometía a un tratamiento intenso, que incluyó varias sesiones de quimioterapia. Pero ahora, con el alta médica y la energía recuperada, Raphael ha querido romper su silencio antes de regresar a los escenarios. “No soy especialmente valiente, pero cuando algo así llega, no hay más remedio que enfrentarlo”, explicaba al diario El Mundo.
Antes de anunciar su regreso, Raphael organizó un ensayo privado con sus músicos y algunos miembros de su familia. Quería comprobar, sin testigos ni cámaras, si seguía siendo el mismo sobre el escenario. “Una cosa es lo que uno piensa, y otra es la realidad”, explicaba. El resultado le dejó sin dudas. Su cuerpo ha respondido con rapidez. Él mismo reconoce que tiene una especie de pacto con su organismo: “Acepta todo enseguida. Me hace efecto todo muy rápido. Y eso también es una suerte”, comentaba con ese humor tan característico. Esa fortaleza física, sumada a su disciplina de siempre, ha sido clave en su recuperación.
Pero quizá uno de los testimonios más íntimos fue cuando revelaba cómo ha vivido todo esto su familia más cercana. Su mujer, Natalia Figueroa, ha sido su gran apoyo durante estos meses. La recuperación se ha llevado con enorme discreción, pero también con mucho amor y cercanía en casa. "Hace una vida lógica pensando con la cabeza y haciendo las cosas bien como es todo lo que tiene que ver con la organización de las giras”, aseguraba a Vanitatis.
Hoy, a sus 81 años, Raphael vuelve a cantar en directo con más motivación que nunca. Lo hará en Mérida, primer escenario de una gira que recorrerá España durante los próximos meses. El título no podía ser más simbólico: Raphaelísimo. En sus redes sociales, anunciaba su regreso con emoción: “Quiero devolveros, en forma de canciones, todo el cariño que me habéis dado durante este tiempo. Os quiero mucho”. Esta noche, ese reencuentro se hace realidad y vuelve, fiel a su estilo, entregado “en cuerpo y alma” como siempre.
Consciente de todo lo que ha pasado, el artista mira al futuro con calma, pero con ilusión. “Esto no se tiene que terminar feo. Se tiene que terminar cuando ellos quieran”, dijo a El Mundo. Porque si algo ha demostrado Raphael en este tiempo es que, aunque la vida le haya dado un revés inesperado, su pasión por la música sigue intacta. Y esta noche, esa pasión volverá a sonar más fuerte que nunca.