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Ainhoa Arteta y su estremecedora experiencia con la muerte

La cantante lírica sufrió un grave problema de salud que hizo que le fallaran los órganos de su cuerpo


10 de junio de 2025 - 19:00 CEST

Ainhoa Arteta ha contado una reveladora experiencia que había guardado durante mucho tiempo. La cantante vivió en primera persona un estremecedor episodio: "'Me ocurrió en un estado en el que estaba prácticamente muerta y creo que si puedo ser un vehículo para que le sirva a alguien, perfecto, y el que no se lo quiera creer, no pasa nada''. Arteta relata que iba de viaje en tren cuando empezó a sentirse mal, por lo que paró en un ambulatorio y decidieron operarla de piedras en la uretra con tan mala suerte que cogió una bacteria que desencadenó en una septicemia, e indica que la trasladaron en helicóptero al hospital más cercano: ''Llegué a la UCI supongo y lo único que recuerdo fue que dijeron 'hay que entubarla'. 

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Le fallaron todos los órganos

Estaba tumbada con los ojos abiertos, oía las cosas, pero no podía hacer absolutamente nada y nunca me olvidaré cómo este chico al que había agarrado estaba llorando en una silla, lo pasó mal'', ha contado la cantante. Le fallaron todos los órganos y que solo estaba en funcionamiento el corazón: ''Cuando avisaron a mi familia me quedaban tres horas, les avisaron de que cuando el corazón se parase, pues no...'', y explica que pese a que es alérgica a la penicilina, decidieron administrársela para evitar el paro cardíaco. ''Me dieron la penicilina y empezó a funcionar, eso fue el día 26 que fue cuando yo volví a la vida. Pero yo cuando volví estaba como feliz. 

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En ese silencio no sentía dolor

El testimonio de la artista es impactante: "Recuerdo que había estado en un lugar donde el silencio era de una magnitud, el silencio absoluto, no se oía absolutamente nada y estaba suspendida, yo decía que era un sitio oscuro, pero con muchas luces, como si estuviera suspendida en la galaxia''. Además, explica que en ese silencio se sentía feliz, no sentía dolor: ''Veía a mis hijos y a la gente que me quería en distintos lugares y todos llorando, pero yo les decía que estaba muy bien'', aunque cuenta que vio cómo surgía lava de la que salían algo parecido a los humanoides.

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La sensación de estar en otra dimensión 

''La sensación no era muerte, era de estar en otra dimensión. La última imagen que tengo es la de mi madre y mi tía, yo estaba en cruz, y yo me desperté así. Mi madre era como un aura, reconocí que me agarraba la mano y me sonreía como diciéndome 'está todo bien'', y revela que su madre y su tía fallecieron.

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Además, cuenta que incluso se enfadó cuando volvió de ese lugar silencioso: ''Yo decía 'con lo bien que estaba yo, por qué tengo que estar aquí'. Me hacía unas conjeturas'', y afirma el mensaje que se le ha quedado tras su experiencia: ''Sé que no morimos (...) El alma es eterna, no os puedo decir dónde va''.

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