Olivia de Borbón y su marido, Julián Porras, han vivido uno de los momentos más emotivos este sábado, la comunión de su hija Flavia. Aunque son momentos bastante difíciles, puesto que Olivia despedía a su padre, el duque de Sevilla, hace tan solo dos semanas, el matrimonio ha sacado fuerzas para que la pequeña pueda vivir este bonito día con ilusión. "Va a estar muy presente en nuestros corazones y con toda la alegría porque él tenía muchas ganas de estar en la Primera Comunión de su nieta mayor", ha afirmado muy emocionada.
"Hoy es el día de mi hija y vamos a celebrarlo como hubiese querido mi padre", Olivia de Borbón, que no ha podido contener la emoción, ha hablado muy generosa para recordar con orgullo a su padre. "Con nosotros fue un padre bastante estricto, pero con los niños les consentía todo", explicaba al lado de su marido. Con el recuerdo muy presente de Francisco de Borbón y Escasany, primo del rey Juan Carlos, la pareja y sus dos hijos han llegado a la parroquia de Nuestra Señora de Somosaguas, donde se ha celebrado la ceremonia.
Además, les han acompañado dos grandes amigos, Daniel San Martín y Fiona Ferrer, padrinos de bautismo de la pequeña. La relación de ambos con los padres de Flavia es de largo recorrido, y su papel en un momento tan delicado cobra un valor añadido, no solo como invitados, sino como pilares emocionales para Olivia, que atraviesa un momento de duelo tras el reciente fallecimiento de su padre, el duque de Sevilla.
Tras la misa, los asistentes se trasladaron al domicilio familiar de Olivia de Borbón y Julián Porras, donde se ofreció un almuerzo reservado para los más cercanos. La discreción marcó también esta parte del día, fiel al carácter íntimo de toda la jornada, que tuvo como único objetivo acompañar a la pequeña Flavia en su sacramento sin grandes alardes ni exposición pública.
El catering del evento corrió a cargo de Silvia Lodares, sobrina del conocido ganadero Samuel Flores y buena amiga del matrimonio. Su participación en esta celebración reafirma el vínculo personal que mantiene con la familia, y aporta un sello de confianza y cercanía a este tipo de encuentros privados en los que se prioriza el entorno íntimo y la calidad del servicio.
Durante la celebración, Olivia de Borbón, visiblemente emocionada, se mantuvo muy arropada por sus familiares y amigos más próximos. La jornada, aunque inevitablemente teñida por la reciente pérdida del duque de Sevilla, transcurrió con serenidad y con el cariño palpable de los asistentes hacia la familia.