Trece años después de su primera edición, la pulsera solidaria creada por María de Villota vuelve a brillar con el mismo propósito y aún más fuerza: recaudar fondos para tratamientos destinados a niños con enfermedades neuromusculares degenerativas. Un emotivo acto celebrado recientemente en Madrid ha marcado el relanzamiento de esta iniciativa, promovida por la Fundación Ana Carolina Díez Mahou, el Legado María de Villota y Durán Joyeros, en un homenaje cargado de emoción, compromiso y esperanza.
La solidaridad brilla con fuerza
La nueva edición limitada consta de 235 pulseras solidarias, cada una acompañada por un ejemplar numerado del libro La Vida es un Regalo, la inspiradora autobiografía de la piloto, publicada originalmente en 2013. El número 235 no es casual: representa la suma de palabras de la introducción y la página 180 del libro, consideradas clave para entender el mensaje que María quiso dejar como testimonio de vida, superación y generosidad.
La pulsera ha sido rediseñada en varias versiones. Cada modelo simboliza la estrella que guió a la escritora tras su “revivir”, como ella misma describía el renacimiento personal que experimentó después del accidente que truncó su carrera en la Fórmula 1. Las pulseras están disponibles a un precio de 110 euros, en Durán Joyeros.
Un lanzamiento cargado de emoción
El evento de presentación contó con la presencia de Emilio de Villota, hermano de María, quien lucía la emblemática chaqueta de su hermana, y la participación de su primo Javier. Se destacó la carga emocional de esta iniciativa: “Recuerdo perfectamente lo importante que fue este proyecto para María. Fue su primera iniciativa tras el accidente, y en ella volcó todo el amor por su nueva escudería: la de los enfermos valientes”.
La ceremonia también contó con la presencia de figuras cercanas al entorno de la estrella de la Fórmula 1, como la periodista Marta Barroso, la directora de la Fundación Blanca, Lola Fernández-Ochoa, y el piloto profesional Andy Soucek, vicepresidente del circuito de Austin. Todos ellos compartieron conmovedores testimonios sobre la influencia de la piloto en sus vidas y el impacto de su obra solidaria.
El accidente que le cambió la vida
María de Villota, pionera en el automovilismo español y primera mujer nacional en formar parte de la estructura de un equipo de Fórmula 1, sufrió en 2012 un grave accidente durante unas pruebas con el equipo Marussia. El impacto le provocó la pérdida del ojo derecho y otras secuelas neurológicas. A pesar de que el accidente puso fin a su carrera deportiva, ella regresó con una nueva misión: dedicar su vida a ayudar a los demás, en especial a niños enfermos.
En 2013, un año después del accidente, la automovilista falleció de forma repentina en Sevilla. Su muerte conmocionó al mundo del deporte y de la solidaridad. Sin embargo, su espíritu permanece vivo a través del trabajo de su fundación y de iniciativas como esta pulsera solidaria, cuyo objetivo es continuar con el Programa Primera Estrella, una red de apoyo terapéutico para menores con enfermedades raras y degenerativas.
Hoy, su legado sigue creciendo para llegar más lejos y beneficiar a los niños más vulnerables. Trece años después, la estrella de María ilumina el camino de cientos de familias que encuentran esperanza gracias a su legado.