Rafa Nadal recibió el homenaje más bonito de su vida en la pista central de Roland Garros, la Philippe-Chatrier, el escenario donde conquistó 14 títulos y escribió su leyenda en la historia del tenis. El tenista balear recibía el cariño y la profunda admiración que todo el mundo siente rodeado de su gran familia. "Merci Rafa (gracias Rafa)" coreaban desde las gradas todos los que tuvieron la suerte de despedir al rey de la tierra batida, quien no pudo evitar romper a llorar como un niño ante tan impresionante acogida.
Su hermana Maribel ha abierto el álbum de fotos más íntimo de la despedida de Rafa. Un día para el recuerdo en el que estuvo rodeado de su gran familia, sus padres, sus abuelas, sus primos, su sobrino... Nadie faltó a la cita. Porque, más allá del mito y la leyenda, Rafa es, ante todo, un hijo, un hermano, un primo, un amigo, un sobrino muy querido. Juntos disfrutaron de unos inolvidables días en París.
Durante los más de 23 años que ha durado su carrera hemos podido conocer a su familia más cercana: su mujer Mery Perelló, su hijo Rafa, sus padres, Sebastián Nadal y Ana María Parera, su hermana Maribel, su tío y mentor Toni, pero en este tributo tan importante también había algunos de los miembros más discretos y menos conocidos del círculo de Rafa Nadal. Sus abuelas Isabel y María Ana, de 94 y 92 años, quienes han sido clave en su trayectoria, aunque desde la sombra. Sus primas Silvia y Claudia Nadal Riera, así como Gemma Alborch Nadal. La benjamina de la familia, la hija de seis años de su tío Miguel Ángel Nadal, nacida de su matrimonio con la wedding planner Lara Fraire. El otro tío de Rafa, también llamado Rafael Nadal junto a su esposa María Barceló. Tampoco faltaron los hijos de Toni Nadal y su esposa Joana María Vives, Marta y sus dos hijos Joan y Toni, que se dedican al tenis al igual que Rafa.
La familia Nadal, unida y arropando a Rafael, fue protagonista tanto en la grada como en los discursos y dedicatorias, mostrando la solidez y los valores que han acompañado al tenista durante toda su carrera. A ellos les dedicó buena parte de su discurso. "Mis tíos y mi madrina que desde pequeño me habéis cuidado y habéis hecho todo lo posible por hacerme feliz. Ya sabéis lo importantes que habéis sido y sois en mi vida. Nunca os lo podré agradecer lo suficiente. A mis primos: …. ya sabéis, prefiero no hablar de vosotros. A mis dos abuelas que con 94 y 92 años tengo la gran suerte de que estéis aquí y con las que he pasado una gran parte de mi infancia. Y a mis abuelos a quien, estén donde estén, les agradezco todo lo que hicieron por mí y les echo de menos".
Continúo enumerando a sus grandes pilares. "Toni eres la razón por la cual estoy aquí. Gracias por haber dedicado una gran parte de tu vida a querer estar conmigo. Entrenando, hablando, engañando, haciéndome sufrir, haciéndome reír, llevándome al límite. Lo que hemos vivido no siempre ha sido fácil, pero ha valido la pena... Has sido, sin ninguna duda, el mejor entrenador que jamás hubiera podido tener!".
Y por último, las palabras y los gestos de cariño, especialmente para su esposa y su hijo, marcaron uno de los momentos más emotivos del homenaje. "Eres mi mejor compañera de vida. No nos podíamos imaginar en 2005 que hoy estaríamos aquí 20 años después siendo una familia. Has estado siempre donde te he necesitado, apoyándome desde una posición no siempre fácil. Espero poder hacerte igual de feliz que tú me haces a mí. Tú y yo sabemos que este último año y medio no ha sido fácil, pero gracias a tu comprensión, a tu apoyo y a la energía y felicidad que nos da cada día nuestro hijo, todo ha sido mucho menos complicado". No sin antes concluir, "papá, mamá y Maribel habéis sido mi mayor inspiración y los pilares de mi vida. Gracias por haberme tratado siempre como un hijo y un hermano y no como un tenista de éxito. Os quiero.