Kiko Rivera e Irene Rosales han vivido un día inolvidable junto a su hija Ana. La primogénita del matrimonio, que en diciembre cumple 10 años, ha celebrado su Primera Comunión, marcada por grandes ausencias, como la de su abuela, Isabel Pantoja o sus tíos, Isa Pantoja y Francisco Rivera. La ceremonia religiosa se ha celebrado hoy, 1 de junio, bajo un sol de justicia, y la niña ha estado acompañada por sus padres y sus dos hermanos, Fran y Carlota. La misa ha tenido lugar en la Parroquia de Santiago Apóstol, en Castilleja de la Cuesta (Sevilla), un enclave especial para la familia, donde han querido compartir este momento tan importante con sus seres queridos.
Para la ocasión, Irene Rosales ha elegido un bonito vestido de color rojo, con mangas transparentes, creación de Vicky Martín Berrocal, que ha combinado con sandalias doradas, al igual que el clutch, y pelo suelto. Mientras que Kiko Rivera apostaba por un traje gris claro, que le quedaba fenomenal después de su notorio cambio físico. Junto a la pareja hemos visto a Fran (12 años), el hijo que el DJ tuvo con Jessica Bueno, que está hecho un hombrecito.
Entre los rostros populares que han acompañado a la familia Rivera Rosales en este día tan especial se encontraba Luis Rollán, Raquel Bollo y su hijo Manuel Cortés, Anabel Pantoja, su madre, Merchi, su pareja David Rodríguez y la pequeña Alma, con los que Kiko Rivera mantiene una excelente relación. La pareja y la bebé han viajado desde Canarias para celebrar con la pequeña Ana el día de su Primera Comunión.
Anabel Pantoja tiene una conexión especial con los hijos de sus primos, algo que ha demostrado a lo largo de los años. Por eso, no ha querido perderse esta ocasión única para disfrutar en familia. Para inmortalizar el momento, ha compartido una entrañable fotografía de Ana y Carlota, divirtiéndose mientras hacen monerías a la pequeña Alma, quien, con permiso de la protagonista Ana Rivera, se ha convertido en el centro de atención de la celebración.
El día amaneció lleno de emoción para la familia Rivera Rosales. Fue la propia Irene quien, a través de sus redes sociales, confirmó lo que tantos esperaban: después de mucha especulación, por fin había llegado el gran día. Lo hizo con un mensaje especial dedicado a la pequeña Ana: "Llegó el día, mi vida".
Acompañó sus palabras con dos emotivas fotografías: una de Ana cuando era apenas un bebé y otra de una percha, en la que se distinguían los tirantes de un vestido blanco. Sobre la percha, un detalle que lo decía todo: Ana, Primera Comunión.
Después, toda la familia se dirigió a la iglesia donde se iba a celebrar la eucaristía en la que iba a participar Ana por primera vez. De camino al templo, el matrimonio fue abordado por los medios de comunicación, a los que agradecieron su presencia, pero no dieron ninguna declaración. Solo Irene comentó: "Es un día muy bonito y vamos a disfrutarlo mucho".
Tras la emotiva celebración eclesiástica, Ana apareció radiante, escoltada por sus padres. Por fin pudimos ver el bonito vestido de comunión que llevaba, un modelo de corte clásico, adornado con un elegante fajín rosa y acompañado de sutiles flores en su largo cabello; además, también lucía una cruz de madera en su cuello y una medalla. La niña parecía una auténtica muñeca salida de un cuento.
Irene, pendiente de todos los detalles
Desde hace semanas, Irene Rosales ha estado volcada en los preparativos de la comunión de su hija mayor, cuidando cada detalle para que el día fuera inolvidable. A través de sus redes sociales, la influencer, ha compartido algunos adelantos de la celebración, mostrando su entusiasmo y el cariño con el que ha organizado el gran día de Ana. Y es que desde que decidió abandonar la televisión y alejarse de los medios en 2021, su vida ha dado un giro radical y se ha reinventado. Lleva una vida más tranquila, volcada en su familia y en sus redes sociales, donde ya tiene más de 700 mil seguidores en su cuenta de Instagram. Mientras que ella se muestra muy activa en redes, compartiendo su día a día, su marido, Kiko Rivera, ha optado por mantener un perfil más bajo en los últimos tiempos, centrado en su familia y en su profesión.
Entre los detalles más comentados, se encontraban los dos vestidos que iba a lucir la niña. Uno, el que ha lucido durante la ceremonia religiosa y un segundo vestido para la celebración posterior. Y aquí es donde ha entrado el color, como ya comentó Irene. Este incorpora un toque rosa, por expreso deseo de Ana, en distintos accesorios como mostró la influencer en sus stories. Este segundo look es de Petritas, una firma de moda infantil especializada en ceremonias.
Para este día tan especial, la influencer ha elegido cuidadosamente una serie de objetos personalizados que harán aún más inolvidable para Ana. Entre ellos destaca una elegante tabla de madera grabada con su nombre, acompañada de un cuchillo a juego para que la pequeña pueda cortar su propia tarta de manera segura. Además, tendrá un delicado cepillo adornado con su nombre y la emotiva inscripción 'Mi Primera Comunión', un recuerdo que podrá conservar con cariño, y algunos obsequios, que la propia Irene se ha encargado de personalizar, para los invitados, que les acompañarán en la celebración posterior. Sin duda, la familia se ha volcado para que este día sea inolvidable para todos.
Isabel Pantoja no ha acompañado a su nieta
La familia ha estado rodeada del cariño de sus seres queridos y amigos. Sin embargo, en un día tan significativo como este, las grandes ausencias han sido inevitables. Isabel Pantoja, abuela de la niña, no ha estado presente, al igual que su tía Isa Pantoja, su esposo Asraf Beno y su hijo Alberto. La cantante lleva más de cuatro años sin contacto con sus nietas, desde que en 2020 estallara el conflicto mediático con su hijo y dejaron de hablarse.
Tampoco han asistido su hermana Isa Pantoja, quien se encuentra en la recta final de su embarazo. Aunque el pasado enero se produjo un breve reencuentro en Canarias, cuando la hija de Anabel Pantoja tuvo que ser ingresada de urgencia, la relación sigue rota y no parece que vaya a cambiar en breve. Además, la ausencia de Francisco Rivera ha sido otro detalle que no ha pasado desapercibido.
Para Irene Rosales y Kiko Rivera, este evento ha sido un momento muy especial, en el que han podido celebrar junto a su hija mayor un paso importante en su vida. La emoción ha estado presente en cada instante, desde la llegada de Ana a la iglesia hasta los abrazos y felicitaciones en la fiesta posterior. Sin duda, ha sido un día inolvidable para la familia Rivera Rosales, que ha querido compartir su felicidad con todos aquellos que han estado a su lado en un día como hoy.