Patricia Cadaval y Pablo Cacace Vaca ya son marido y mujer. La hija pequeña de César Cadaval y Patricia Rodríguez han sellado su amor en una emotiva ceremonia religiosa celebrada en la iglesia de San Bartolomé, en El Real de la Jara, a unos 75 kilómetros de Sevilla. Rodeados de familiares y amigos, los novios se han dado el "sí, quiero” en un enclave muy significativo para la familia Cadaval. Este mismo templo fue testigo de la boda de Marta Cadaval, hermana de la novia, y Jaime Núñez Mendo en 2016. Esto le ha añadido un toque especial y muy sentimental a la celebración, prevista a las 12:30 del mediodía. Pero, como manda la tradición, la novia se ha hecho esperar.
Patricia, radiante y emocionada, ha llegado a la iglesia del brazo de su padre, César Cadaval, quien ha ejercido como padrino en este día tan especial. Cuando se ha bajado del coche, con la ayuda de su padre, la periodista ha deslumbrado con un vestido diseñado por Ana García, fundadora de la prestigiosa firma sevillana Cherubina, y regalo de su tío Jorge Cadaval, la otra mitad del dúo Los Morancos. Se trata de un modelo clásico, de escote cuadrado y mangas de estilo medieval, que ha completado con un tocado floral, también de la diseñadora sevillana, y un espectacular velo, de varios metros de largo.
Sin duda, el diseño ha sido un fiel reflejo de su personalidad, tal y como ella misma confesó en LOOK horas antes de la boda: “Mi vestido puede sorprender a mucha gente, pero porque creo que es muy normal y yo me considero sencilla. No creo que vaya a sorprender ni a muy bien ni a muy mal, creo que no me van a ver disfrazada y eso es lo que más me importa”. “He seguido un poco la regla de ‘siéntete cómoda sin ir disfrazada’ y yendo bien vestida”, confesó Patricia al citado medio.
El orgulloso padre de la novia, el humorista César Cadaval, optaba por el tradicional chaqué, al igual que el novio. Pablo llegaba a la iglesia del brazo de su madre y madrina, Ascensión Vaca, quien para la ocasión, ha elegido un vestido largo en color azul, que ha combinado con guantes y la tradicional mantilla española. También llevaba un abanico en sus manos para combatir el calor sevillano.
Los invitados al enlace
Entre los invitados destacaban los familiares más cercanos, como su tío Jorge Cadaval y su esposo, Ken Appledorn. Para la ocasión, el humorista lució un elegante chaqué realzado por un llamativo chaleco, mientras que su marido optó por un elegante traje de raya diplomática. Antes de la ceremonia, la pareja compartió su emoción con las cámaras de Europa Press: "Estamos locos con la boda de Patricia", confesaron con entusiasmo. Entre risas, su tío Jorge admitió: "La hemos preparado más que ella".
La llegada de Jorge Cadaval ha causado un gran revuelto entre el público que se ha acercado a los alrededores de la iglesia para ver a la novia. Y con su característico sentido del humor, la otra mitad de Los Morancos, no ha dudado en hacer un selfie con algunas fans.
Por su parte, la tía de la novia, Maite Cadaval, deslumbrante con un elegante vestido verde, compartió cómo se sentía su sobrina antes de su llegada a la iglesia: "¿Cómo va a estar? De los nervios", admitió para Europa Press. No obstante, también resaltó el entusiasmo de Patricia: "Pero feliz, porque es lo que deseaba. Quiero que sea un día maravilloso", expresó la hermana menor de los Cadaval, dejando entrever la emoción que envolvía la jornada.
Entre los asistentes, además de los familiares, brillaron destacadas figuras del mundo del espectáculo y la cultura. Entre ellas, el cantante José Manuel Soto, acompañado de su esposa, Pilar Parejo, y sus hijos, Marcos y Rocío, amigos íntimos de la familia Cadaval.
También fueron testigos de este gran día Alberto Herrera, hijo de Carlos Herrera, quien acudió con su novia, Blanca Llandres, así como Rocío Laffon, quien llevaba un llamativo vestido palabra de honor, con un estampado en cuadros blancos y negros. Rompía el bicolor con la elección de los complementos, en diversos colores.
La reconocida chef Pepa Muñoz, Mila Nieto o Cristóbal Soria, colaborador de El Chiringuito, y su esposa tampoco quisieron perderse el gran día de Patricia y Pablo. Sin duda, un evento que congregó a emblemáticas personalidades en una celebración cargada de emoción y ambiente festivo.
Una ceremonia muy emotiva
En el interior de la iglesia se han vivido instantes de gran emoción durante la ceremonia en la que Patricia y Pablo sellaron su amor al convertirse en marido y mujer. Uno de los momentos más conmovedores fue cuando Rocío Soto Parejo, hija de José Manuel Soto, interpretó Antes de ti, de Maite Martín, el tema favorito de la novia. Conmovida, Rocío expresó a la salida de la iglesia: "Me he emocionado un montón. Ahora, a celebrar. Somos familia". Además, el grupo Siempre Así puso la banda sonora a la celebración eclesiástica. Con su inconfundible estilo andaluz, ha añadido un toque especial y emotivo al enlace, convirtiendo este día en un recuerdo aún más inolvidable para la pareja y sus invitados.
Los novios pronunciaron el esperado "sí, quiero" frente al majestuoso retablo mayor de la iglesia de San Bartolomé, una joya del siglo XVIII. Este retablo, adornado con elementos de acarreo, alberga impresionantes esculturas de la Inmaculada, el Niño Jesús Crucificado y San Antonio de Padua, además de una hermosa pintura de la Virgen de los Reyes, aportando un marco solemne y lleno de historia a este día tan especial.
A la salida de la iglesia, Patricia y Pablo irradiaban felicidad, reflejando la emoción de un día inolvidable. Los pajes encabezaban la comitiva nupcial, marcando el camino para los recién casados, quienes, entre sonrisas y gestos de cariño, recibían las cálidas felicitaciones de sus familiares y amigos. Justo detrás, los padrinos, César Cadaval y Ascensión Vaca, compartían la alegría del momento, conmovidos por la unión que, desde hoy, los convierte oficialmente en familia. La madre de la novia, Patricia Rodríguez, en un discreto segundo plano, estaba radiante con un bonito traje rojo pasión, que la favorecía mucho.
El banquete y la fiesta posterior
Tras la ceremonia religiosa, todos los invitados se han trasladado a la finca Navarredonda, propiedad de la familia Cadaval, donde continuará la celebración. Situada en un bonito enclave, rodeada de naturaleza y con un pequeño embalse, ha sido el escenario perfecto para un festejo lleno de alegría y tradición andaluza. La finca ha sido decorada con detalles que reflejan la esencia del sur, sobre todo, teniendo en cuenta los orígenes andaluces de ambas familias.
La pareja inicia hoy una nueva vida llena de ilusión y grandes sueños. De momento, ya podrán vivir juntos porque, como explicaba Patricia, su relación, al final ha sido a distancia porque "él vivía en Marbella, yo en Madrid y ahora en Sevilla…" Sin duda, esta boda se ha convertido en uno de los eventos más esperados del año en Sevilla, y ha dejado momentos inolvidables que quedarán en la memoria de todos los asistentes. Patricia y Pablo comienzan ahora una nueva etapa juntos, pero de momento, sus primeros días de matrimonio los disfrutarán en la Polinesia Francesa. ¡Viva los novios!