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Violett Affleck, de 19 años, es la hija mayor de Jennifer Garner y Ben Affleck. La joven ya está labrando su propio futuro y este año ha empezado a cursar sus estudios en la Universidad de Yale, en Nueva York. De momento, Violet no está interesada en seguir los pasos de sus padres en el cine y está muy implicada con el tema del cambio climático, mostrando su apoyo a varias campañas y asociaciones. Ahora, ha sorprendido a todos revelando la tensa discusión que tuvo con su madre durante los devastadores incendios de Los Ángeles.
© GTRESLa hija de los dos actores, ha publicado un ensayo en la revista de Yale Global Health Review, donde ha compartido la experiencia que vivió con su familia al huir de los incendios forestales que arrasaron algunas zonas del sur de California el pasado mes de enero.
'Pasé los incendios de enero en Los Ángeles discutiendo con mi madre en una habitación de hotel'
La carta, titulada Una Tierra crónicamente enferma: la organización ante el COVID como modelo de respuesta climática en Los Ángeles, Violet ha hablado de las discusiones que tuvo con su madre tras verse obligadas a abandonar su hogar. "Pasé los incendios de enero en Los Ángeles discutiendo con mi madre en una habitación de hotel", relata. "Ella estaba en estado de shock, asombrada por la magnitud de la destrucción en el barrio donde mis hermanos y yo nos criamos", agrega.
© Getty Images'Mi postura sobre el tema no era la más común'
"Me sorprendió su desconcierto: como angelina de toda la vida y perteneciente a la Generación Z con conocimiento del cambio climático, mi pregunta no había sido si Palisades se quemaría, sino cuándo", continua Violet, mencionando una de las zonas más afectadas por el fuego. "Sin embargo, mientras hablaba con los adultos en el hotel al que habíamos ido para huir del humo, descubrí que mi postura sobre el tema no era la más común: la gente hablaba de cuánto tiempo llevaría la reconstrucción, cuánto costaría y lo extraña que había sido toda la situación", explica la hija del actor de Gone Girl.
© Getty Images"La crisis era grave, un estallido de mala suerte. Se había producido por una combinación de fuertes vientos y escasas lluvias... ¿qué tenía que ver el calentamiento global con la velocidad del viento?, preguntó mi hermano pequeño. Fuera, la gente vagaba con la cara cubierta por mascarillas. 'Esto parece el COVID', dijo una mujer de ojos desorbitados que sujetaba con fuerza las correas de dos Yorkshires. 'Todos con mascarilla'. La crisis climática no exige cambios en nuestros patrones de consumo hasta que nuestras grandes ciudades arden, momento en el que la solución es consumir más", sentencia Violet.
