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Pocos conocen su nombre, pero Alejandra Jaquotot —que también firma como Àlex Aragón— lleva años preparándose en silencio para un camino que empieza ahora a dar sus primeros frutos. A sus 26 años, esta joven actriz, nieta del inolvidable Miliki e hija de Amparo Aragón, está construyendo una carrera escénica a su manera, con identidad propia, sensibilidad artística y un marcado amor por la interpretación.
© alexaragonactrizSu vocación nació, curiosamente, viendo capítulos de Aída, su serie favorita, cuyos diálogos aún se sabe de memoria. "Desde entonces supe que quería ser actriz. Sueño con participar en la película que se hará sobre la serie", ha confesado en sus redes sociales. Aunque su primera aparición en televisión fue mucho antes: en 1999, aún bebé, apareció en brazos de su madre junto a la Juani y Poli de Médico de familia. “No me negaréis que no lo clavé”, bromea la sobrina de Emilio Aragón, quien se ha puesto manos a la obra para conseguir su sueño.
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© amparoaragon_Lleva cinco años estudiando interpretación y recientemente se formó con Benito Zambrano en Madrid. Uno de sus trabajos más intensos fue el monólogo La voz dormida, de Dulce Chacón, donde mostró una madurez interpretativa poco común para su edad. Además de la actuación, tiene otras pasiones muy terrenales: le encanta la gastronomía y descubrir nuevos platos, algo que comparte con el ambiente acogedor y festivo que ha reinado siempre en su casa.
© amparoaragon_Alejandra, como hemos señalado anteriormente, es hija de Amparo Aragón —escenógrafa de televisión y actual propietaria de una "churrería chic" en el barrio de Salamanca— y de Juan Jaquotot, ejecutivo en el sector financiero (Presidente de Attitude Gestión SGIIC, S.A.). Tiene dos hermanos, Víctor, cantante que ha colaborado en varios eventos familiares, y Nicolás.
© alexaragonactrizSu madre ha descrito su hogar como un punto de encuentro inagotable de amigos, risas, trap hasta las cuatro de la mañana, cenas improvisadas en la habitación y platos calientes para quien llegara sin avisar. Un lugar donde —como decía su suegra— los hijos siempre tenían la casa abierta, y eso marca. “No me arrepiento de ninguna de esas noches insomnes, ni de levantarme en pijama para recogerlos de madrugada. Me gustan mis hijos y me gusta la gente con la que se rodean”, ha contado Amparo con emoción en sus redes.
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© orquestadeextremaduraLa vida ha querido que uno de sus primeros proyectos relevantes llegue precisamente de la mano de su tío, Emilio Aragón, quien ha confiado en ella como narradora del espectáculo Había una vez, una orquesta, producido por Estudio Caribe. Junto a la Orquesta de Extremadura, y bajo la batuta de Emilio, Alejandra da voz a los relatos sinfónicos El soldadito de plomo y La flor más grande del mundo, en una propuesta que fusiona música, pedagogía y emoción para públicos de todas las edades.
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© orquestadeextremaduraEl espectáculo —que ya ha pasado por Cáceres y se presentará en Badajoz y Mérida— recorre las distintas familias de instrumentos a través de piezas como El Cascanueces, y busca no solo entretener, sino también transmitir valores como la esperanza, el amor y el respeto.
