Rodeada de una enorme expectación, Kim Kardashian llegaba este martes al Palacio de Justicia de París para declarar en uno de los juicios más mediáticos de los últimos tiempos. Aparentemente tranquila y, por momentos, hasta sonriente, se vivía el día clave de este procedimiento que, cómo es lógico, para ella no está siendo plato de buen gusto. Principalmente, por tener que rememorar esos hechos que tuvieron lugar hace ya nueve años, una situación límite en la que vio peligrar su vida seriamente y que hoy ha tenido que narrar ante el juez.
La modelo y estrella televisiva, que ha ido acompañada por su madre Kris Jenner, se subía al estrado en la llamada sala Voltair del tribunal. Allí, ofrecía un impactante testimonio sobre lo mal que lo pasó en aquella fecha, detallando paso por paso como sucedió todo. "Me agarró de las piernas y me tiró al suelo. Estaba desnuda y mi cuerpo entero expuesto. Estaba segura de que me iban a violar", ha dicho sobre aquel episodio tan traumático,, cuando fue sometida por los criminales que le asaltaron en el lujoso hotel donde se hospedaba. Fue un atraco a mano armada muy violento, ya que la ataron y amordazaron para robarle joyas por valor de unos 9 millones de euros.
Explica también la víctima de 44 años que pensó que su hermana Kourtney Kardashian, con quien entonces había viajado a la capital francesa, la encontraría "muerta en la cama y asesinada a tiros" al volver a la habitación. Visiblemente emocionada al tener que revivir la pesadilla, contaba Kim que "ella iba a tener ese recuerdo de mí para siempre", es decir, el verla cubierta de sangre y ya cadáver. Por fortuna, nada de eso ocurrió y hoy puede contarlo, aunque evidentemente no resulta nada agradable para ella exponer un relato tan escalofriante. "De verdad pensé que me iban a matar", ha subrayado.
El suceso se remonta a octubre de 2016, cuando la protagonista del exitoso reality Las Kardashian voló desde Estados Unidos allí para asistir a la Semana de la Moda de París. Se alojó en el Hotel de Pourtalès, un edificio histórico ubicado en el distrito 8, cerca de la iglesia de la Madeleine, al que suelen ir celebridades de todo tipo dada su exclusividad y privacidad. Fue ahí donde cinco hombres enmascarados y armados hasta los dientes, que se hicieron pasar por policías, irrumpieron sin mediar palabra donde ella se encontraba. Vestida solo con una bata, al irse la dejaron inmovilizada en la bañera y, entre las pertenencias que se llevaron, estaba su anillo de boda que le regaló su ex, el rapero Kanye West, cuyo precio superaba los 3,5 millones de euros.
Ha tenido que pasar casi una década para que se celebre el juicio, que esta semana tuvo además una importante novedad respecto a los acusados. Hay un total de 12 personas imputadas, pero solo comparecerán 10. ¿El motivo? Uno de los hombres tiene problemas de salud que le impiden declarar y otro murió hace unos días. Este último, Marceau Baum-Gertner era uno de los sospechosos clave, ya que era la persona que vigilaba mientras sus compañeros procedían al asalto y también el encargado de encontrar compradores para las valiosas joyas que robaron. Falleció repentinamente el 6 de marzo, cuando se supo que el proceso finalmente iba a celebrarse.