En plena efervescencia de la Feria de Abril, cuando Sevilla rebosa de farolillos, flamenco y rebujitos, un evento ha acaparado todas las miradas: la lujosa fiesta organizada por el magnate mexicano Ricardo Salinas Pliego a bordo de su imponente yate Lady Moura. Con el Guadalquivir como telón de fondo, la velada combinó glamour internacional con esencia andaluza, reuniendo a destacadas figuras del ámbito empresarial, cultural y del entretenimiento, que vivieron una noche inolvidable a bordo de esta embarcación, que se encontraba fondeada en el muelle de las Delicias, a pocos metros del Real de la Feria de Sevilla.
Ricardo Salinas Pliego, de 70 años, es el fundador y presidente de Grupo Salinas. Lidera un entramado empresarial que abarca sectores clave como las telecomunicaciones, los medios de comunicación y los servicios financieros e incluye empresas como Elektra, TV Azteca, Banco Azteca y Totalplay, una empresa que ofrece servicios de internet y televisión por cable. Con una fortuna estimada en más de 10.500 millones de dólares, es considerado el tercer hombre más rico de México, según recoge El País.
Además de su éxito empresarial, también es conocido por su filantropía a través de la Fundación Azteca, que impulsa iniciativas centradas en mejorar la educación, la salud y el bienestar de comunidades vulnerables, con un firme compromiso por garantizar un futuro más digno para la infancia y la juventud en América Latina.
Salinas está casado con María Laura Medina, una empresaria, diseñadora de interiores y filántropa mexicana originaria de Guadalajara. Inició su carrera en TV Azteca, donde conoció a Ricardo Salinas Pliego, con quien contrajo matrimonio en octubre de 2001. Juntos tienen tres hijos. Comprometida con la educación, fundó el colegio Humanitree y la Universidad de la Libertad. Además, ha desarrollado proyectos empresariales propios y mantiene una activa labor filantrópica, especialmente en temas relacionados con la infancia y la salud.
El yate Lady Moura, un escenario singular
El 'Lady Moura' sirvió como escenario de lujo para la celebración que organizó Ricardo Salinas Pliego y su esposa, María Laura, el pasado 7 de mayo, a la que acudieron un selecto grupo de invitados. Allí se dieron cita rostros populares de distintos sectores económicos, sociales y culturales, de ámbito nacional e internacional.
Entre ellos se encontraban la modelo Nieves Álvarez y su pareja, Bill Saad, el juez Pedraz (66), acompañado por su mujer, Elena Hormigos (33), Nacho Cano, la hija de Luis Miguel, Michelle Salas, Farruquito, Nuria González o Rocío Peralta, por citar algunos de los asistentes VIP que disfrutaron de esta exclusiva fiesta a orillas del Guadalquivir. La mayoría de las invitadas hicieron un guiño a la Feria e incluyeron algún toque flamenco en su vestimenta, como los lunares, los mantones de Manila y largos flecos o, incluso, trajes completos.
El Lady Moura está equipado con lujosas instalaciones, incluyendo una piscina cubierta y un helipuerto. Es una auténtica joya de la navegación, tiene 105 maestros de eslora y es un ‘rostro’ conocido en las costas españolas. Tras dejarse ver durante la pasada Semana Santa en el puerto de Málaga, el yate zarpó rumbo a Sevilla para servir como base de operaciones al empresario mexicano durante la Feria de Abril, donde ha acaparado todas las miradas.
Originalmente, era propiedad del magnate saudí Nasser Al-Rashid y fue un fastuoso regalo de bodas para su esposa, la empresaria libanesa Mouna Ayoub, a comienzos de los años 90. Su diseño rompedor y su equipamiento de lujo lo convirtieron rápidamente en uno de los yates más admirados del mundo. No fue hasta 2021 cuando el empresario mexicano Ricardo Salinas Pliego lo adquirió por una cifra que rondó los 125 millones de euros, incorporando así a su patrimonio una de las embarcaciones más icónicas del Mediterráneo.
Con esta espectacular celebración a bordo del Lady Moura, Ricardo Salinas Pliego no solo ha puesto el broche dorado a la Feria de Abril 2025, sino que su presencia en Sevilla ha elevado el perfil internacional del evento y dejado una estela de fascinación entre quienes fueron testigos, de cerca o desde la distancia, de una noche en la que el poder empresarial y la fiesta se dieron la mano en el corazón de Andalucía.