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Sala de las lágrimas

Así es la 'Sala de las Lágrimas', el lugar donde el cardenal se convierte en Papa

El primero que la utilizó fue Gregorio XIV en 1590


8 de mayo de 2025 - 19:05 CEST

En el corazón del Vaticano, justo al salir de la Capilla Sixtina, hay una pequeña estancia de gran carga simbólica y emocional: la Sala de las Lágrimas. Este espacio, de unos nueve metros cuadrados, es el primero que pisa el cardenal elegido tras pronunciar su “accepto” como nuevo Papa. Es aquí donde se prepara —emocional y físicamente— para presentarse ante el mundo como el nuevo líder de la Iglesia Católica. Situada tras el Juicio Final de Miguel Ángel, su nombre alude al momento de conciencia y conmoción al asumir un papel que trasciende a la persona. Allí, el nuevo Papa asimila que su vida queda al servicio del oficio y de la Iglesia. 

La sala de las lágrimas© Getty Images
La Sala de las Lágrimas

El nombre 'Sala de las Lágrimas' no es oficial, pero sí profundamente representativo. Como explica Vatican News, proviene del momento de intensa conmoción que muchos pontífices han vivido allí. Uno de los primeros en llorar fue Gregorio XIV en 1590. Desde entonces, se ha mantenido la tradición de asociar este lugar a las lágrimas que provoca la magnitud de la responsabilidad papal.

Vestirse de blanco por primera vez

Dentro de la sala, al nuevo pontífice le esperan tres sotanas blancas de diferente talla —pequeña, mediana y grande— confeccionadas por la sastrería Gammarelli, la encargada histórica de vestir a los Papas desde 1798. Junto a estas prendas se encuentran los zapatos rojos, el fajín blanco, el solideo, y una muceta (capa corta) que puede utilizar si lo desea. Todo está dispuesto para que se convierta, visualmente, en el Papa.

Sala de las lágrimas
Sala de las Lágrimas

El espacio es sencillo, sin decoración ostentosa. Cuenta con un espejo, un crucifijo, una silla y un pequeño escritorio. Pero lo más importante no es lo que se ve, sino lo que se vive. Muchos Papas han aprovechado esos minutos para rezar, otros han roto a llorar o han permanecido en silencio, abrumados por el nuevo rol que deben asumir a partir de su nombramiento. La sala es, en palabras del ceremoniero pontificio Monseñor Marco Agostini, “el lugar donde el Papa comienza a sentir el peso de una investidura que lo supera”.

Un momento íntimo, pero clave

En ese mismo espacio, el nuevo Papa comunica a los ceremonieros el nombre que ha elegido para su pontificado, un detalle crucial que será anunciado pocos minutos después al mundo. Todo el proceso, desde la elección hasta la aparición en la logia de la Basílica de San Pedro en Roma, suele durar alrededor de una hora.

Tras cambiarse y orar, el nuevo Pontífice abandona la 'Sala de las Lágrimas' para dirigirse hacia el balcón central de San Pedro. Allí el cardenal protodiácono pronuncia el esperado “Habemus Papam”, seguido del nombre elegido y la primera bendición del Santo Padre.

Placa a la entrada de la Sala de las Lágrimas© Vaticano News

En una de sus paredes, empotrada, hay una lápida, con fecha del 31 de mayo de 2013 que dice: "En esta sala, denominada ‘del llanto’ desde Gregorio XIV, quien aquí, el 5 de diciembre de 1590, recién elegido Papa, derramó lágrimas de emoción, el nuevo Pontífice, después de aceptar la elección, se viste con los atuendos propios".

Un umbral entre la vida anterior y el Pontificado

Aunque pasa desapercibida para el público, esta pequeña sala representa una transformación radical: la de un cardenal que, hasta hace minutos, era uno más entre sus pares y que ahora es el sucesor de San Pedro. No es raro que muchos sientan allí la presión espiritual y humana del cargo. Como explica , algunos pontífices han salido de allí con los ojos enrojecidos o con el rostro visiblemente emocionado. En este lugar, suele estar asistido por el maestro de ceremonias. Allí deja sus hábitos  cardenalicios para vestirse de Papa.

Media Image© Getty Images
Media Image© Getty Images

La Sala de las Lágrimas no solo es un vestidor: es un santuario de transición. El lugar donde el hombre se encuentra con su misión y donde la Iglesia le concede unos minutos de recogimiento antes de asumir la mirada de millones.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.