El Papa Francisco falleció el pasado 21 de abril a los 88 años, apenas un mes después de haber recibido el alta tras una larga hospitalización por una neumonía bilateral. Mientras millones de católicos en todo el mundo lloraban su pérdida y recordaban su legado, el Vaticano activó el riguroso protocolo de la Sede Vacante, el periodo que comienza cuando el trono de San Pedro queda vacío y que desemboca en la elección de un nuevo pontífice.
A diferencia de otras ocasiones, se ha decidido acelerar el proceso. Aunque tradicionalmente se esperaban entre 15 y 20 días para dar tiempo a la llegada de todos los cardenales a Roma, la reforma introducida por Benedicto XVI en 2013 permite adelantar el cónclave si ya se encuentran presentes todos los electores. Así, el esperado cónclave comenzará este miércoles 7 de mayo. Los cardenales se alojarán en la residencia de Santa Marta, dentro del Vaticano, desde donde se trasladarán cada día a la Capilla Sixtina para votar en sesiones secretas hasta alcanzar el consenso necesario.
El encargo de elegir al 267.º sucesor de Pedro recae en el Colegio Cardenalicio, actualmente compuesto por 252 miembros de 94 países. Sin embargo, solo 133 tienen derecho a voto, al ser menores de 80 años. España es el tercer país con mayor representación en este cuerpo eclesiástico, solo por detrás de Italia y Estados Unidos. De los 13 cardenales españoles, ocho participarán como electores: cinco ejercen en diócesis españolas y tres en destinos internacionales. Aunque no figuran entre los grandes favoritos, la presencia española en el cónclave sigue siendo significativa, tanto por número como por influencia en distintas áreas de la Iglesia.
Los cardenales españoles con derecho a voto
José Cobo Cano, jienense de 59 años, es el actual arzobispo de Madrid desde julio de 2023, y el cardenal más joven del grupo español. Apenas un día después de su nombramiento como arzobispo, el papa Francisco anunció su designación como cardenal, cargo que asumió en septiembre del mismo año. Desde marzo de 2024 ocupa también la vicepresidencia de la Conferencia Episcopal Española. Su perfil destaca entre los rostros que están marcando el cambio generacional en la Iglesia española.
Ángel Fernández Artime, asturiano de 64 años y religioso salesiano. Actualmente ocupa el cargo de proprefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, un importante órgano con sede en el Vaticano. En su trayectoria cuenta con años de residencia en Buenos Aires, donde mantuvo relación con el fallecido papa Francisco, quien lo elevó a cardenal en 2023.
Antonio Cañizares Llovera, valenciano de 79 años, es arzobispo emérito de Valencia, cargo que dejó en octubre de 2022 cuando el papa Francisco aceptó su renuncia. Fue nombrado cardenal en 2006 por Benedicto XVI y ha desempeñado en dos ocasiones el papel de vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española.
Carlos Osoro Sierra, cántabro de 79 años. Fue arzobispo de Madrid durante casi una década (2014-2023) por designación del papa Francisco, quien también lo nombró cardenal presbítero en noviembre de 2016. Además, ejerció como vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española durante el periodo de 2020 a 2024.
Juan José Omella, turolense de 79 años, es arzobispo de Barcelona desde 2015, presentó su renuncia por edad en abril de 2021, pero aún se encuentra pendiente de aceptación. Fue nombrado cardenal por Francisco I en 2017 y elegido presidente de la Conferencia Episcopal Española para el periodo de 2020 a 2024. Omella destaca por ser, además, miembro del Consejo de Cardenales.
A estos cinco cardenales se suman los otros tres de origen español que han llevado a cabo su labor en el extranjero. Se trata de Cristóbal López Romero, almeriense de 73 años, es arzobispo de la diócesis de Rabat desde 2017 y cardenal salesiano nacionalizado paraguayo desde 2019; François-Xavier Bustillo, pamplonés de 56 años, es el actual obispo de Córcega, en Francia, y cardenal franciscano desde 2023, y por último, Celestino Aós, originario de Navarra, ha sido arzobispo de Santiago de Chile hasta 2023.
El proceso de elección
Este ritual se lleva a cabo en la Capilla Sixtina. Durante este periodo, los cardenales electores no pueden comunicarse con el exterior y están obligados a mantener absoluto secreto sobre las deliberaciones. Para que un candidato resulte elegido como nuevo pontífice, necesita obtener al menos dos tercios de los votos. En caso de no lograrse esta mayoría, se realizan sucesivas votaciones hasta alcanzar el acuerdo.
Quién es el camarlengo, la persona clave tras la muerte del papa Francisco
Durante este tiempo de transición, llamado Sede Vacante, el encargado de asumir las riendas del Vaticano es el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo desde 2019. Durante los últimos meses, Farrell ha estado muy cerca del Papa, especialmente en sus momentos más complicados de salud. El camarlengo es la persona encargada de organizar y gestionar todo lo que ocurre entre la muerte de un Papa y la elección del siguiente. Su primera tarea es certificar oficialmente el fallecimiento, luego sella las habitaciones del pontífice, y finalmente convoca al Colegio de Cardenales para organizar el cónclave. Además, debe administrar los bienes del Vaticano durante este tiempo.