El cónclave papal es uno de los procesos más secretos y cargados de simbolismo de la Iglesia católica. Mañana, miércoles 7 de mayo, 133 cardenales menores de 80 años se reunirán en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor del Papa Francisco. Una vez dentro, quedarán incomunicados hasta alcanzar una decisión. El mundo sabrá si hay nuevo Papa sólo cuando de la chimenea instalada sobre la capilla salga una fumarola blanca.
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El origen del "cónclave"
La palabra "cónclave" viene del latín cum clave, que significa "con llave". Su origen está en el año 1270, cuando los habitantes de la localidad italiana Viterbo encerraron literalmente a los cardenales para que dejaran de demorarse en elegir Papa. Esta medida forzada llevó a la elección de Gregorio X, quien instituyó formalmente el sistema de cónclave en 1274.
Antes del encierro: congregaciones y misa
Los días previos al cónclave se celebran las congregaciones generales, reuniones preparatorias en las que los cardenales discuten los retos actuales de la Iglesia y van perfilando candidatos. El 7 de mayo por la mañana, a las 10:00, tendrá lugar la "Misa pro eligendo Pontifice" en la Basílica de San Pedro, presidida por el cardenal decano Giovanni Battista Re, de 91 años.
La procesión y el "Extra omnes"
Por la tarde, en torno a las 16:30, los cardenales electores se reunirán en la Capilla Paulina y caminarán en procesión hacia la Capilla Sixtina, mientras cantan el Veni Creator Spiritus. Una vez allí, juran guardar secreto perpetuo sobre todo lo que ocurra. Cuando han prestado juramento, el Maestro de Ceremonias pronuncia la frase más icónica: "Extra omnes!" ("Todos fuera"). Se cierran las puertas y comienza el aislamiento total.
Cómo funciona el cónclave
El primer día podría celebrarse una votación por la tarde. En los días siguientes, se realizarán cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y dos por la tarde. Para ser elegido Papa, un cardenal debe obtener al menos dos tercios de los votos. Si tras varias rondas no se alcanza el consenso, se pasa a una segunda vuelta entre los dos más votados, pero sin que puedan votarse a sí mismos.
El humo que lo dice todo
Tras cada sesión, se queman las papeletas en una estufa especial situada tras el altar mayor. El humo negro indica que no hay Papa; el blanco, que ha sido elegido. Para asegurar la claridad, desde 2005 se usan sustancias químicas: perclorato, antraceno y azufre para humo negro; clorato de potasio, lactosa y colofonia para el blanco.
La elección y la transformación
Cuando un cardenal es elegido, el decano le pregunta: "Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem? (¿Aceptas tu elección, canónicamente realizada, como Sumo Pontífice?)". Si acepta, le pregunta: "Quo nomine vis vocari?" ("Con qué nombre deseas ser llamado"). Luego se retira a la Sala de las Lágrimas, donde se viste por primera vez con la sotana blanca.
"Habemus Papam" y la primera bendición
El nuevo Papa regresa a la Capilla Sixtina, recibe la obediencia de sus hermanos cardenales y, tras el canto del Te Deum, se considera oficialmente concluido el cónclave. El cardenal protodiácono aparece en la logia de la Basílica de San Pedro y proclama: "Habemus Papam". El nuevo pontífice da su primera bendición Urbi et Orbi.
El encierro más hermético del mundo
Durante el cónclave, se desactiva toda comunicación. Las habitaciones son registradas para evitar micrófonos y se colocan inhibidores de señal. Ni siquiera hay televisores, radios ni periódicos. Personal como floristas, cocineros, médicos y limpieza jura mantener secreto perpetuo. Cualquier filtración implica excomunión automática.
Horarios aproximados de las fumatas
Aunque no hay confirmación oficial, las fumatas suelen producirse dos veces al día: hacia las 12:00 y alrededor de las 19:00. Si ves humo negro, significa que aún no hay papa. Si es blanco, prepárate: Habemus Papam está por llegar.