David Muñoz antes de Cristina Pedroche: los problemas de ansiedad que le llevaron a pesar casi 100 kilos

El cocinero, que se define como una persona muy perfeccionista y obsesiva, sigue cosechando éxitos con DiverXO

Por María Medina

David Muñoz no deja de cosechar premios. Anoche, en la gala 'The World's 50 Best Restaurants', celebrada en el Palau de Les Arts en Valencia, su restaurante DiverXO quedó en el tercer puesto del ranking y Miguel Ángel Millán, miembro del equipo, fue elegido como el mejor sumiller del mundo. "Enhorabuena al mejor equipo del mundo, os quiero. Gracias infinitas a tanta gente, clientes, amigos, votantes, periodistas, foodies… que nos han apoyado todos estos años, es realmente emocionante y abrumador ver y recibir tanto cariño y admiración durante estos días en Valencia, no hay palabras suficientes para agradeceros todo. Seguiremos buscando los límites. Lo mejor está por llegar", dijo el chef tras la ceremonia.

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Cristina Pedroche, que se encuentra en la recta final del embarazo, no pudo contener la emoción ante este nuevo triunfo: "No puedo estar más emocionada, no tengo palabras. No solo por mi marido, por ser el mejor cocinero del mundo dos años seguidos, sino por el equipo de DiverXO. Que en solo tres años, DiverXO esté en el número tres de la lista es la hostia. Normalmente esto no lo subiría, pero mis hormonas... Estoy pletórica, feliz". 

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Este reconocimiento llega en un gran momento para el matrimonio, que está a punto de dar la bienvenida a su primera hija. El chef madrileño, de 43 años, ha encontrado la felicidad plena al lado de la colaboradora de Zapeando, de 34. Se conocieron a finales de 2014 y en octubre de 2015 se dieron el 'sí, quiero' en una sencilla e íntima ceremonia ante notario que tuvo lugar en su casa y sin más invitados que sus padres. 

Desde entonces el cocinero luce una gran sonrisa en su cara, pero no siempre fue así. En 2007 abrió DiverXO y el éxito le abrumó. "Pasábamos muchas horas trabajando, la presión, la autoexigencia que yo tengo conmigo y con mi equipo... al final es un cóctel molotov difícil de digerir y en vez de disfrutar de una vida en la que haces lo que te gusta ocurrió el efecto contrario. Acabé sin disfrutar de mi profesión, angustiado por ese exito, me afectó para mal. Yo me levantaba de la cama ya con ansiedad", reveló en 2015 en el programa de Jesús Calleja.

En 2013, antes de que DiverXO lograra su tercer estrella Michelin, David pensó que no quería ni podía seguir así y tomó cartas en el asunto. "Empece a hacer mucho deporte, a cambiar algunas cosas que no me gustaban de mi vida, fui a un psicólogo para que me ayudase a entender la parte más creativa y más obsesiva de mi profesión, y fue una de las cosas más inteligentes que hice porque me ayudo a entender algunos procesos mentales de un tipo que está todo el día dandole vuelta a las cosas", contó. 

De esta forma, comenzó a recuperar su peso, pues la ansiedad le había hecho ganar más de 30 kilos. "Durante ocho años mi gran problema fue que la ansiedad me podía, me hacía comer como un loco y llegué a pesar 95 kilos. No supe gestionar ni el éxito ni la presión", declaró en 2019 una entrevista concedida a El Mundo

En 2018 el cocinero compartió esta foto de 2013 para mostrar el increíble cambio que había experimentado. "Cuando 'comía como un cerdo' y no hacía deporte", escribiró. Después, ha seguido "comiendo como un cerdo", pero "intentando correr como un galgo", ya que intenta sacar tiempo de sus maratonianas jornadas de trabajo para calzarse unas deportivas y saltar al asfalto. 

David, que se define como una persona "asquerosamente perfeccionista y muy obsesiva", tuvo que ir de nuevo a terapia en 2020 y a día de hoy sigue yendo. "No veo ninguna diferencia entre ir al psicólogo y al fisio. A mí, cuando empecé, nadie me enseñó a gestionar el éxito o a liderar un equipo. Yo he ido aprendiendo a base de equivocarme muchísimo, pero la ayuda psicológica o el coaching pueden ayudar", afirmó el pasado mes de marzo  en una multitudinaria conferencia en la feria Hospitality Innovation Planet.

Además, en El Hormiguero, dijo: "Tengo una relación tormentosa y tóxica con el éxito. Me cuesta digerir estas cosas y a veces sufro con las cosas buenas que me pasan, me cuesta disfrutarlas en su justa medida. Voy a una psicóloga que me recomendaron y me viene muy bien. Me ayuda a contextualizar según qué cosas. Estas gestiones mentales con respecto al éxito y a lo que la gente piensa de ti está siendo una digestión de años. Y sigo en ello”.