Pablo Motos y el disparo que casi le cuesta la vida

El presentador, de 57 años, ha recordado la imprudencia que cometió en la mili por intentar llegar a tiempo a una cita

Por María Medina

"Me pegué un tiro en la cabeza". Este fue el llamativo titular que Pablo Motos dio anoche en El Hormiguero cuando Trancas y Barrancas le preguntaron si alguna vez había manejado un arma. El presentador explicó que este suceso se produjo durante el servicio militar y que afortunadamente todo quedó en un susto. "No me di, por eso estoy aquí", añadió antes de compartir su testimonio al completo. "En la mili me dedicaba a guardar las armas, a cuidarlas, a limpiarlas y una tarde había quedado a dar un paseo con una chica y cuando voy a recoger, de repente, vienen de unas prácticas de tiro un montón de mandos con pistolas", comenzó diciendo. En ese momento, él solo pensaba en su cita y sabía que si seguía todos los pasos a rajatabla -desmontar, limpiar, volver a montar y guardar las armas- no llegaría a tiempo. "Entonces dije: 'No limpio ninguna pistola, les paso únicame un aceite por fuera para que parezca que están limpias y como balas no va a habaer pues me voy de paseo'".

Sin embargo, las cosas no salieron como esperaba. "Las iba montando para ver que no había ninguna bala, porque nunca había balas, jamás había balas, pero me encontré una con una bala que estaba en la recámara. La monto y me dispara", contó mientras señalaba el recorrido que la bala había hecho cerca de su frente. "Me hizo una línea prácticamente invisible. Me quedé sordo de un oído y sin habla". El presentador fue trasladado al hospital donde estuvo "cinco o seis horas" sin oír y sin poder hablar. Su imprudencia no le costó la vida, pero sí una sanción. "Al día siguiente me arrestaron por hacer mal mi trabajo". 

No es la primera vez que Pablo Motos habla de su servicio militar. Hace años ya reveló en el plató de El Hormiguero que "me pillaron en una gorda porque me quise librar de la mili". "Cuando llego a Ceuta, aquello era durísimo y hubo uno que se libró por la vista. Yo también lo intenté, pero como debías tener cinco dioptrías y yo tenía 1,25, me dijeron que eso no era nada y me quedé", recordó. 

"Había otro compañero que estaba al lado de mi litera y dijo que se iba a ir haciéndose el loco. Y empezó a hacer como si llevara una moto y hubo un momento que vino normal, sin moto, para decirme que se iba 'por loco' y que me la dejaba", contó. Entonces, él pensó que podía exagerar la enfermedad que padecía, asma, para intentar librarse de la mili. "Empecé a ir al médico, y antes de entrar, cogía un puñado de arena para que vieran que no podía hacer ni maniobras ni nada. Me la comía. Pero el día que fui a pasar el tribunal militar me vine arriba y antes de pasar decidí coger un buen puñado de arena en la boca, pero según la cogí, uno del tribunal me agarró del hombro, me pilló y me metieron en el calabozo", lamentó. 

Tras este episodio y como castigo, el presentador pasó a formar parte de una unidad mucho más exigente."Salíamos con una mochila de piedras por la noche para hacer 20 kilómetros, hacíamos un agujero y lo tapábamos... Todo por idiota", reconoció.