Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia, un año después de las comprometidas fotos que cambiaron su vida

El 19 de enero de 2022, unas imágenes del cuñado de Felipe VI de la mano con una mujer que no era la infanta Cristina dieron al traste con su matrimonio

Por Beatriz Castrillo

Este jueves se cumple un año de las imágenes de Iñaki Urdangarin paseando por la playa con una mujer que no era la infanta Cristina. Las fotografías revolucionaron España y dieron la vuelta al mundo. Una historia de amor que dinamitó un matrimonio de 24 años y que, pese a tenerlo todo en contra, se fue afianzando con el tiempo hasta lograr una estabilidad en su relación que sigue avanzando con pasos pequeños, pero seguros. Ya no se esconden y  disfrutan, siempre de la mano, de su felicidad en Vitoria, su ciudad, en la que se conocieron. 

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El 19 de enero de 2022, los españoles se despertaron con unas fotografías que no dejaban lugar a dudas. Tanto es así que cinco días después, el exdeportista y su todavía esposa emitían un comunicado conjunto en el que anunciaban que habían decidido “interrumpir nuestra relación matrimonial”. Una interrupción que se ha prolongado en el tiempo a pesar de que siguen casados legalmente (no se ha iniciado el proceso de divorcio).

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Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, que se casaron el 4 de octubre de 1997 en Barcelona ante 1.500 invitados, se han vuelto a ver, siempre en temas relacionados con sus hijos, como vacaciones o encuentros deportivos siendo la tensión y la indiferencia la tónica de sus apariciones. Sin embargo, el matrimonio está roto y así se demostró recientemente en el funeral del rey Constantino de Grecia, tío de la Infanta, al que acudió con sus cuatro hijos. 

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Lo que parecía un romance clandestino y flor de un día fue cogiendo forma y la felicidad de Iñaki, de 55 años,  y Ainhoa, 44,  es más que patente, aunque, de momento, no ha habido encuentros entre la analista contable y los hijos del cuñado de don Felipe, tal y como quedó patente en las imágenes que la revista ¡HOLA! publicó en Navidad. Tampoco se ha visto a Urdangarin con los dos hijos adolescentes que Armentia tuvo de su matrimonio con Manuel Ruiz. 

Sin embargo, no todo ha sido de color de rosa entre ellos. La presión mediática era fuerte y la situación familiar de ambos era una circunstancia a tener muy en cuenta. En verano superaron una crisis y estuvieron disfrutando de la playa de Bidart, al sur de Francia, el lugar al que les gusta escaparse y que ha sido testigo mudo de su amor. 

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En Vitoria llevan una vida tranquila entre escapadas al país vecino, excursiones por los bosques vascos, clases de yoga y algún altibajo de salud como el que el pasado noviembre llevó al antiguo jugador de balonmano a pasar por la mesa de operaciones tras romperse el codo en un aparatoso accidente deportivo. 

En plena tormenta mediática Urdangarin consiguió la libertad condicional en marzo de 2022, tres años y medio después de comenzar su condena de cinco años y diez meses de prisión por el Caso Nóos. Una vez cumplidos dos tercios de su pena, Iñaki dejaba de estar sometido al régimen de semilibertad en el que seguía en la prisión alavesa de Zaballa a la que pidió trasladarse tras haber estado interno en la cárcel de Brieva (Ávila). 

No ha sido la única buena noticia que ha recibido desde sede judicial. A finales de 2022 la Audiencia Provincial acordó que doña Cristina y su todavía marido recuperaran los 201.000 euros que aportaron de más en concepto de responsabilidad civil por el Caso Nóos. En 2018 los dos fueron condenados a entregar a las arcas públicas de Baleares 600.000 euros, cifra que se redujo después con nuevas sentencias. Urdangarin recibió 132.695 euros y su esposa, 68.479, según informó El Mundo

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Desde que se instaló en el País Vasco, Urdangarin ha vivido en casa de su madre y trabajaba como asesor en el despacho de abogados Imaz & Asociados,cuando conoció a Ainhoa. Meses después compatibilizó sus tareas laborales con unas prácticas no remuneradas en el Barça, club del que formó parte entre 1986 y 2000.