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Cristina Mariño, hija de Roberto Verino y actual directora de marca de la prestigiosa firma de moda española, ha muerto esta mañana de domingo a los 52 años de edad. La empresaria, según ha informado el Diario do Támega, se encontraba en un hospital de Barcelona donde estaba siendo tratada de una larga enfermedad. La triste noticia ha provocado una gran consternación en la comarca orensana de la que es natural la familia y en la que sigue teniendo su taller el popular diseñador, Verín. Considerada como sucesora natural de su padre al frente de la compañía, la fallecida compartía funciones al más alto nivel desde agosto de 2021 con la jefa ejecutiva Dora Casal. Precisamente, fue en esa fecha cuando se dio a conocer el nombramiento de la nueva cúpula con motivo de la presentación de la última colección del aclamado modisto gallego.
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Entonces, Cristina Mariño aseguraba tajante al citado medio que esta designación no suponía ni mucho menos la retirada de su progenitor. "Tendrá solamente una agenda más ligera con la intención de que se dedique en mayor medida a su tarea principal, que es la creación", explicaba. "Mi labor es complementaria a la de él porque somos un equipo", añadía. La firma internacional, que recientemente cumplía cuatro décadas a sus espaldas, iniciaba así un nuevo rumbo estratégico liderado por dos mujeres. "He tomado este relevo generacional con mucho orgullo y respeto a la vez. Que mi padre deposite en mí su confianza es un honor a la vez que un reto vital maravilloso", contaba Cristina con emoción. "Sueño con poder cumplir 40 años más, pero vayamos pasito a pasito. Mi lema es caminar lento pero firme y con la seguridad de que seguiremos creando armarios esenciales para mucha gente que se siente cómoda con nosotros", expresaba.
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Mariño, que tenía tres hijos y estaba muy unida a hermano, era una mujer cuya principal virtud era la tenacidad según cuentan los que la conocieron. Antes de llegar a lo más alto, pasó por casi todos los departamentos de la firma, empezando por las tiendas y el trato directo con el público, hasta llegar a la dirección de marketing, su puesto anterior. Recorrido que, según reconocía, le había ayudado a tener una visión completa de la compañía para poder tomar mejor las decisiones en estos tiempos tan cambiantes que vivimos. Desde su cargo, preparaba la empresa mirando al futuro con cuatro pilares básicos: la innovación, la internacionalización, la digitalización y la sostenibilidad. Eso sí, siempre defendía que lo importante para ellos es "el contacto humano", ya que tras la pandemia "todos hemos entendido la verdadera importancia de un buen abrazo", sentenciaba.
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