Sofía Palazuelo ‘ata’ a su perro con longanizas

La duquesa de Huéscar ha comprado un divertido accesorio para su mascota

Sofía Palazuelo

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Sofía Palazuelo cuenta con unos inseparables amigos muy peludos. No es un secreto que la duquesa de Huéscar disfruta en compañía de sus perros y por ello es habitual verla paseando con ellos por la capital. Tal es el vínculo que la futura duquesa consorte de Alba mantiene con ellos que incluso en las horas previas al alumbramiento de su primera hija, Rosario, llegó al hospital sosteniendo entre sus brazos a uno de sus queridos canes, un adorable teckel de color chocolate.

Sofía Palazuelo con su perro antes de dar a luz©GTres
Cuando ingresó en el hospital para dar a luz, Sofía Palazuelo llevaba en brazos a su perro.
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La esposa de Fernando Fitz-James Stuart parece sentir predilección por esta raza, que, debido a su particular apariencia (un cuerpo alargado y unas patas cortas), es popularmente conocida como ‘perro salchicha. Pero si algo distingue también a estos perros es su carácter juguetón, por lo que resulta una mascota ideal para los más pequeños de la casa, y, en este caso, para la primogénita de los duques de Huéscar, que nació el pasado mes de septiembre en la clínica del Rosario de Madrid.

La última aparición de Sofía junto a uno de sus apreciados teckel ha sido apenas unos días antes de la próxima gran boda de la Casa de Alba, la que unirá a su cuñado, Carlos Fitz-James Stuart, con Belén Corsini. La semana pasada, las dos parejas se acercaron, en compañía del Duque de Alba, a sus respectivas casas, ambas ubicadas en la misma finca y a escasos metros del Palacio de Liria, escenario tanto del enlace de Sofía Palazuelo y Fernando Fitz-James Stuart (que acaban de mudarse a su nuevo hogar) como del ‘sí, quiero’ del Conde de Osorno y su futura esposa (que se trasladarán allí tras su paso por el altar).

Sofía Palazuelo y su perro©MADPHOTO
Sofía Palazuelo y su perro©MADPHOTO
Sofía Palazuelo, inseparable de su perro.

En esta visita, la duquesa de Huéscar volvió a hacer gala de un estilo impecable que también se refleja en los accesorios que escoge para su mascota. Para sujetar al can, que lucía un collarín (posiblemente, para proteger alguna herida o zona del cuerpo que no deba tocar), llevaba una original y divertida correa compuesta por un mango recubierto con tubo de goma transparente y varias ‘salchichas’, en un guiño a la raza del perro.

Sofía Palazuelo y su perro©MADPHOTO
Sofía, acariciando a su teckel, al que ata con una divertida correa compuesta por varias salchichas.

La especial conexión de los Alba con los animales

Sofía Palazuelo no es la primera miembro de la Casa de Alba amante de los animales. Cayetana de Alba, abuela de Fernando y Carlos Fitz-James Stuart, también sentía debilidad por los perros y en un momento dado, en el Palacio de Liria (donde se encuentra incluso un santuario donde han sido enterrados los animales de la familia) llegó a tener hasta 14. Uno de los más famosos fue Flashito, un shih Tzu que estuvo a su lado durante más de una década (e incluso se convirtió en toda una estrella), o Katy, una mascota muy querida por Eugenia Martínez de Irujo, quien se despedía de ella hace cuatro años en sus redes sociales.

Duquesa de Alba y Jacobo de Alba©GettyImages
La duquesa de Alba sentía pasión por los animales. En la imagen, junto a su padre, Jacobo Fitz-James Stuart.

La duquesa de Montoro ha heredado esa sensibilidad que tenía su madre hacia el mundo animal, y así nos lo mostraba en una reciente entrevista concedida a ¡HOLA!, donde nos contaba que tiene nada menos que diez perros.

El perro de Eugenia Martínez de Irujo©@eugeniamartinezdeirujo
Eugenia Martínez de Irujo tiene nada menos que diez perros en su casa.

“Los adopto ancianos -hay que promover la adopción- porque nadie los acoge y quiero que sus últimos años sean felices. No puedo vivir sin ellos”, aseguraba, pero tampoco puede vivir sin otros animales más exóticos y fascinante. Y es que, por su casa, no sólo aparecen canes: “tengo tortugas, caballos, una mula (Mulán) que adopté en condiciones horribles, burros… Entre ellos, Gin, Tonic y Benjamín. Con todo lo que este animal ha ayudado al hombre, se merece ser cada vez más querido. Son maravillosos, cariñosos y te siguen a todas partes; si los dejas, hasta el mismo salón”, detallaba.

Una conexión muy especial que podría continuar generación tras generación.