Casilda, Marta y María Hernández-Gil: clase y talento

Nos reunimos con las hermanas Casilda, Marta y María Hernández-Gil en su tierra, Cáceres, para descubrir la histórica casa familiar y el talento innato de cada una de ellas

Hermanas Hernández-Gil

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Lo primero que viene a la mente al ver a las hermanas Hernández-Gil divertirse juntas por las calles de Cáceres es un género de libros y películas, liderado por Mujercitas, que se centra en las aventuras de singulares mujeres unidas por lazos de sangre. Casilda, María y Marta no desmerecen en absoluto a sus míticas protagonistas. Como ellas, están llenas de talento. Casilda, por ejemplo, toca el violín. Marta pinta, y María diseña y está montando su propia firma de moda sostenible, Impatiens. Y la casa familiar cacereña en la que tantos recuerdos atesoran juntas no podría ser un mejor escenario para sus aventuras.

Hermanas Hernández-Gil©Jesús Isnard
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Arriba, las hermanas disfrutando de las vistas desde uno de los balcones de la casa cacereña.

Construida en el siglo XVI (aunque tiene elementos del siglo XIV, como la ventana gótica de la fachada y el escudo) por Ñuflo de Sande, la vivienda tiene 4 plantas, jardín interior y un imponente torreón. “¡Era todo un mundo de posibilidades a la hora de jugar! Y a la vez una pesadilla para mi madre, especialmente cuando se trataba de mí, que era bastante trasto”, bromea Marta, que hoy es una joven promesa en el mundo del arte.

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Casilda, María y Marta, sentadas en uno de los antiguos bancos de madera que hay en la entrada de la vivienda familiar de Cáceres.
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Desde muy pequeñas, las tres hermanas han compartido bromas privadas y rituales que aún hoy retoman cada vez que se juntan en el refugio familiar. ¿Podría haber un mejor plan?
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¡Esta casa era un mundo de posibilidades a la hora de jugar! Y a la vez una pesadilla para mi madre, especialmente cuando se trataba de mí…” Marta.
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Las tres en uno de los balcones que dan al patio.
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Las tres hermanas, en un rincón de su casa-palacio.
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Casilda saliendo de su casa con su inseparable violín, que toca desde que era pequeña.

Casilda, aunque estudió agrónomos y trabaja en una empresa de biotecnología, también nació con un talento especial, en su caso para la música, y toca el violín desde muy pequeña. Eso sí, su verdadera pasión es el campo. “Siempre me ha encantado. Supe desde muy pronto que no me veía toda la vida metida en una oficina…”, asegura.

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Y tampoco su hermana María, que, tras trabajar unos años en el mundo de la moda, acaba de lanzar su propia firma. “¡Ojalá algún día pueda aportar algo nuevo a ese mundo! De momento lo que quiero es hacer cosas bonitas y atemporales cuidando muchísimo los materiales, los patrones y el proceso de producción”, explica. Un objetivo nada desdeñable que a buen seguro, con sus ganas y el apoyo de sus hermanas, alcanzará muy pronto. Porque no hay nada más poderoso que tres mujeres con un objetivo común.

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A la izquierda, Marta y María. Al lado, el torreón de su histórico hogar en Cáceres.

Los beneficios de pintar

Los beneficios de pintar

Hermanas Hernández-Gil©Jesús Isnard
¡Fuera lo malo!

Al concentrarse en el acto de pintar, nuestro organismo se olvida de los problemas, pensamientos rumiantes e incluso dolores físicos que pueda estar sufriendo.

Pro-autoestima.

Nada como ver los progresos diarios en alguna disciplina para sentirse realizado y valorar más las cualidades de uno mismo.

Para impacientes.

Cada vez está más estudiado lo importante que es desarrollar la paciencia -o el control de la frustración-, y la pintura es uno de los mejores ejercicios para ello.

Ejercicio neuronal.

Al pintar, al usarse ambos hemisferios del cerebro, se ejercita de forma completa el órgano, previniendo así enfermedades como el alzhéimer.

 


REALIZACIÓN: Eugenia Silva

FOTOGRAFÍA: Jesús Isnard

TEXTO: Estefanía Asenjo

LOOK 1: Casilda (izda.), con trench de Marlota; botas de Massimo Dutti; joyas de Helena Rohner. Marta (dcha.), con camisa de Mango; pantalón de Marlota; cinturón de Hermès; joyas de Dinh Van

LOOK 2: Casilda (izda.), con vestido de Elisabetta Franchi; botas de Massimo Dutti; joyas de Chaumet. Marta (centro), con vestido y joyas de Dior. María (dcha.), con vestido de Número 21; botas de Massimo Dutti; pulseras de Chaumet; pendientes de Mango

LOOK 3: Marta y María, con vestidos de Roberto Torretta; joyas, de Dior

LOOK 4: Casilda, con vestido de Mango; joyas de Chaumet

LOOK 5: Jerseys de Babaa

LOOK 6: María (izda.), con conjunto de Cortana; collar y pulsera de Hermès; pendientes de Mango. Casilda (centro), con jersey y falda de Cortana; zapatos de Manolo Blahnik; joyas de Chaumet. Marta (dcha.), con vestido de Cortana; botas de Massimo Dutti; pendientes de helena Rohner

LOOK 7: Vestidos de Roberto Torretta; joyas, de Dior; complementos de Mango