MIGUEL ÁNGEL JIMENEZ TENÍA 55 AÑOS

Claudia Ula recuerda emocionada a su padre al cumplirse un año de su pérdida y hace una bonita promesa

La hija de Raquel Revuelta cuenta con el apoyo de su familia para superar este duro trance

Por Belén Nava M.

Hace justo doce meses la vida de Claudia Ula frenaba en seco al perder a su padre, Miguel Ángel Jiménez. El empresario andaluz fallecía a los 55 años al no poder superar una operación en la que le iban a implantar una válvula cardiaca. Esta inesperada pérdida sumió en una profunda tristeza a todos sus seres queridos, quienes siguen teniéndole muy presente en su día a día a través de fotos, recuerdos, anécdotas y también sonrisas... Así lo ha demostrado su hija Claudia Ula, nacida durante su matrimonio con Raquel Revuelta (tuveron tres hijos juntos), quien ha escrito para su progenitor unas preciosas palabras cuando se cumple un año de su despedida. La joven, que es una apasionada de la música (participó en La Voz) y trabaja en un hotel como Guest Experience Manager, ha reconocido que en este tiempo sin su progenitor ha aprendido el verdadero significado de echar de menos.

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"No sabía lo que era echar de menos. Echaba de menos a una amiga que se iba de Erasmus, a mi familia cuando me mudaba de ciudad, a un amor cuando se terminaba, la libertad en época de exámenes, el frío en los veranos calurosos, el mar en invierno. Sabía que a todos los vería de nuevo algún día. Y a mi amiga dejé de echarla de menos cuando volvió, a mi familia cuando volví yo, a mi amor cuando me lo encontré en mil terrazas, a la libertad con el primer sorbito postexámenes, al frío con la primera chaqueta, y al mar cuando me mojó los pies en agosto de nuevo", ha comenzado a relatar, marcando la fecha en la que todo eso cambió, el punto de inflexión. "Echar de menos tiene un significado distinto para mí, desde el 12 de febrero del 2020. Es otro verbo diría yo. Es más profundo, más angustioso, más importante, más verdadero. Es para ti y ya, porque es impotencia, porque vives con ello", se sincera.

Según Claudia, lo único que ahora echa de menos son las manos de su padre, su voz, sus piernas arqueadas, sus ojos, su barba tricolor, su cicatriz en el brazo, su pelo, su piel, los consejos, las broncas, los abrazos, la manera de hablar que tenía Miguel Ángel, cómo caminar, su forma de consolarla y de llamarla. "Ya solo te echo de menos a ti, y eso es para siempre", ha puesto sin poder ocultar su nostalgia. También ha aprovechado este profundo y conmovedor relato para lanzar todos sus besos al cielo y hacer una importante promesa a su padre: "Viviré todo lo que te quedó por vivir, para contártelo cuando volvamos a vernos". Además, ha rescatado una imagen con el empresario durante un viaje que hicieron juntos, una de las aficiones que padre e hija compartían.

El cariño de sus allegados

En este proceso en el que está aprendiendo a recompenerse para vivir con la ausencia de uno de sus referentes, Claudia cuenta con el completo apoyo de su círculo íntimo, tanto familiares como sus amigos. Raquel se ha volcado en ella y en sus otros dos hijos, Miguel Ángel y Nicolás. Los cuatro son una piña tal y como vemos habitualmente en fotos y vídeos que comparten, sobre todo madre e hija puesto que los chicos han optado por vivir lejos del foco mediático. Es habitual que ambas compartan tips de estilo, bailes, recuerdos, escapadas... También la madre de la que fuera Miss España, Amalia Armengou, está muy pendiente de sus nietos, a los que hace reír con sus ingeniosos comentarios, sus bailes y su espontaneidad. Precisamente a todos juntos los veíamos el pasado septiembre en un acto que les hizo recuperar la sonrisa: la entrega de la Medalla de Sevilla a la empresaria.

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La actuación musical de Claudia y Nicolás, dos de los hijos de Raquel Revuelta