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María Peláe lleva más de doce años sobre los escenarios, aunque para muchos todavía será una completa desconocida. Esta cantautora malagueña nacida en 1990 se caracteriza por sus letras cargadas de crítica social, con toques autobiográficos y, por supuesto, con una buena dosis de picaresca y tintes lorquianos. Ha tenido como referencia desde muy pequeña a grandes mujeres como Lola Flores, Rocío Jurado o Celia Cruz y, de hecho, algunos la han apodado como la 'Lola Flores moderna' por el remix que ha realizado de la canción Cómo me las maravillaría yo. Su versatilidad la ha llevado a trabajar en espectáculos de diferente índole, tanto como actriz como cantante, pero también se ha labrado un hueco importante como compositora llegando a ser autora de dos temas finalistas a representar a España en Eurovisión (Arde, interpretada por Aitana y Nadie se salva, interpretada por Miki Núñez y Natalia Lancuza).
La malagueña deseaba estudiar Medicina, pero como quería compaginar la música con otra profesión, decidió seguir los estudios de Trabajo Social. Luego estudiaría también Antropología, pero finalmente la guitarra pudo con la investigación. Tiene en su camino reconocimientos como el primer premio de Certamen de Cantautores de Melilla, primer premio del Certamen Internacional de Burgos, primer premio del Certamen de Canción de Autor de Andalucía, entre otros. En 2016 sacó su primer disco de estudio Hipocondria, con el que ha girado por toda España colgando el cartel de sold out en salas tan emblemáticas como el Café Berlín (Madrid).
Actualmente María se encuentra inmersa en un proyecto completamente innovador, llevando a un sonido actual su esencia más pura. Así, presentó en julio de 2019 su single En casa de herrero, un proyecto con el que ha llenado muchas salas o con el que ha teloneado a Vanesa Martín en el Auditorio Municipal de Málaga. Según cuenta la gente cuando lo ve, es "toda una revolución para los oídos y la vista que consigue llevarte de la risa a la emoción en cuestión de segundos". Sin despegarse de su guitarra y ahora acompañada de DJ, la teatralidad, la diversión, la flamencura y sus ya característicos pregones no pasan desapercibidos.
La cantante, que, como revela en sus redes sociales, compone canta y marca "los números de teléfono por bulería", lleva la música en la sangre. Heredó una muñeca de Lola Flores de su abuela y desde entonces la ha acompañado a todas partes. "Mi pareja tiene que aceptar que yo le doy un beso en la frente antes de acostarme", confesaba en La Opinión de Málaga. Además, su tatarabuela era cantaora del famoso Café de Chinitas, uno de los tablaos flamencos con más solera de Madrid, por lo que el arte recorre todas las partes de su cuerpo. "Me gusta mirar a la vida a los ojos y preguntarle; ¿Qué me traes ahora cariño? Pongo pose flamenca y le digo 'Pa' lante'. Y es que 'si tú me hubieras visto hace unos años no imaginarías esto que estás viendo'. Alegría a raudales para todas/os/es! Como si fuera un mantra, Pa' lante'", escribe en su perfil.
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