Una relación llena de altibajos: así ha sido la convivencia de Ana María Aldón y Rocío Flores

La actitud de la mujer de José Ortega Cano respecto a su compañera ha ido cambiando a medida que avanzaba el programa

Por Gtresonline

Ana María Aldón y Rocío Flores han llegado juntas a la final de Supervivientes 2020. Y aunque ambas comparten cariño y cercanía familiar, su participación ha estado marcada por la polémica ante la actitud que ha tomado la mujer de Ortega Cano frente a la hija de Antonio David y que le ha costado la crítica de todos, hasta de su defensora en plató, Gloria Camila. Su falta de posicionamiento en los conflictos que ha tenido Rocío Flores con Antonio Pavón o la duras peleas con Yiya han estado en el punto de mira. Pero a medida que iba avanzando el concurso el comportamiento de Ana Maria también ha ido cambiando. Juntas han llorado, han reído, han aprendido y también han discutido a lo largo de los noventa días que han convivido en Honduras. Y aunque la relación de altibajos que han tenido parecía haber llegado a buen puerto, ha terminado desembocando en un futuro incierto después del último cara a cara que mantenían horas antes de su regreso a España. Una conversación entre las dos únicas mujeres del grupo de finalistas, que estuvo llena de reproches, disculpas y dudas.

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"Yo vengo a hacer mi concurso", ha sido la frase más repetida por Ana María. Unas palabras que confirmaban su actitud a las pocas semanas de comenzar el reality y que no hacían más que suscitar las críticas hacia ella. En más de una ocasión ha permanecido impasible a pesar de los ataques que recibía Rocío Flores, que en un primer momento le restaba importancia a esta situación. Aún así los enfrentamientos seguían a medida que pasaban las semanas y su falta de apoyo hacía mella en su relación.

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El debate sobre el comportamiento de Ana María Aldón en Honduras también llegaba al plató de Supervivientes. Gloria Camila, defensora de Ana María, era la primera en reprochar su actitud: "No llego a entender que no la defienda". Pero la unificación del grupo supuso un punto y aparte. La mujer de Ortega Cano aprovechaba al máximo la convivencia con Rocío, y decidía volcarse con ella al tener que cumplir entonces con la misión de enseñarla a pescar. Fueron esos momentos los que dieron pie a un acercamiento entre ellas, que todos terminaron celebrando.

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En las últimas semanas la complicidad entre ellas solo se ha visto empañada por las ansias por comer de la gaditana, que a pesar de haber sido la mejor pescadora de esta edición extrema, ha sido la que más ha acusado el hambre. Rocío criticaba su egoísmo con la comida, especialmente durante los últimos días en la isla. Mientras que el nombre de Ana María Aldón suena como posible ganadora de Supervivientes 2020, su compañera encara la final como una de las más queridas por el resto de robinsones, que han destacado su alegría como motor principal de la convivencia.