Las canciones inolvidables de Luis Eduardo Aute que mantendrán siempre vivo su recuerdo

El cantautor ha fallecido a los 76 años en Madrid

Por Lucía Fernández

"Presiento que tras la noche, vendrá la noche más larga, quiero que no me abandones, amor mío, al alba". Pocos versos están grabado tan fuego en la memoria colectiva como los que dan comienzo al estribillo de Al alba, uno de los temas que consagraron a Luis Eduardo Aute como cantautor entre los cantautores. Tanto han marcado su voz y su guitarra a la juventud de un país que salía del franquismo que sus otras facetas artísticas quedaron eclipsadas por su maestría para poner letra y música a las emociones de una España que despertaba... Al alba. Este himno por la libertad, no fue el único que marcó a una generación que se fue definiendo y evolucionando al tiempo que Aute se hacía eterno como artista.

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Las cuatro y diez

En 1973 Aute regresaba a España tras una temporada alejado de los escenarios, y lo hacía con Rito, el primer disco de la trilogía Canciones de amor y muerte. Este álbum lo grabó bajo la condición de disponer de libertad absoluta y alberga algunos de sus temas más míticos como De alguna manera, Dentro o Las cuatro y diez, la canción que relata una historia de amor a lo largo del tiempo sin que se muevan las manijas del reloj.

Al alba

Por mucho que se replantease su futuro artístico y vital al inicio de su carrera, a finales de los años 70 ya estaba claro que Aute había venido a marcar una época y así lo demostraron sus siguientes álbumes, Espuma y Sarcófago, donde deja plasmada una auténtica radiografía emocional. Este camino lo culmina en 1978 con Albanta, nombre que daba su hijo a un país imaginario, y también el disco con el que da un golpe de volante e incluye las notas más rockeras de su discografía. También incluye Al alba, el tema inolvidable por antonomasía ya que lo es incluso para los menos adeptos a su música. Esta canción de amor se convirtió en todo un himno contra las injusticias. Fue concebida como un canto de denuncia de las últimas ejecuciones del franquismo, pero la historia hizo que también rascase conciencias ante cualquier otra debacle de la humanidad.

No te desnudes todavía

Con Alma, en 1980, Aute concibe un álbum con el que cierra la trilogía Canciones de amor y vida en los albores de la movida madrileña. Mientras buena parte de la juventud vivía deprisa, con ritmos cada vez más desenfadados y hacía de la frivolidad su pase hacia la liberación, el cantante de origen filipino proponía otra cadencia. "No te desnudes todavía, espera un poco más, no tengas prisa, el tiempo es algo que quedó detrás", es la letra de No te desnudes todavía, una de sus canciones más emblemáticas con guiños al pop imperante.

Sin tu latido 

Cuerpo a cuerpo, el disco en el que se enmarca Sin tu latido, es la constatación de que Aute no fue arrollado por el fenómeno pop y que logró reivindicar con éxito la guitarra y la canción de autor en una década en la que parecía condenada a un segundo plano. Además, su consagración fue un resorte para otros cantantes como Joan Manuel SerratJoaquín Sabina que se consolidaban con él como gran referente. Sin tu latido pone música y letra al dolor producido por la pérdida de la persona amada.

Cinco minutos

Cinco minutos, grabada en 1998, es un homenaje a la actriz mexicana Katy Jurado, dentro del disco bilingüe Aire/ Invisible. La azteca, que logró triunfar en Hollywood, era un rostro habitual de westerns como Solo ante el peligro, que protagonizaba con Gary Cooper, o Pat Garret y Billy de Kid

Quiéreme

Es habitual que los últimos discos de muchos artistas que ya han demostrado todo a lo  largo de su carrera, recojan solo las sobras de un talento más que reivindicado. No es el caso de Aute, que aún en 2010 logró crear obras maestras como Quiéreme, dentro de su disco Intemperie. El autor sigue fiel a sus historias de amor llenas de pensamiento crítico y escepticismo, pero enmarcadas en un siglo XXI al que ha seguido cantándole, demostrando que no es esclavo de la nostalgia, hasta que las fuerzas acabaron por vencerle.