Alejandro Reyes vuelve a la su vida cotidiana entre lágrimas de alegría

La ducha y la comida han sido lo más reconfortante para el segundo expulsado de 'Superviventes 2020'

Por Gtresonline

Ha sido todo un descubrimiento para la audiencia, aunque se haya convertido en el segundo expulsado de Supervivientes 2020Alejandro Reyes no ha perdido un ápice de la energía y el carácter que conquistó a sus compañeros desde el comienzo del programa. Tras salir de la isla el pasado jueves, el hijo de Ivonne Reyes ha vuelto a su vida cotidiana entre lágrimas de alegría, feliz por volver a la rutina fuera de cámaras, donde cualquier atisbo de normalidad ha sido una fiesta para él, empezando por la ducha. Después de tres semanas concursando en condiciones extremas, poder asearse con agua dulce y jabón ha sido de lo más reconfortante. Él mismo se lo ha contado a los seguidores del programa grabando cada uno de los pasos en el hotel en el que permanece alojado antes de volver a España.

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La efusividad del exconcursante ha sido una constante desde que comienza su narración minutos antes del baño. Alejandro explica cómo las condiciones en el reality pasaban por un aseo con agua del mar, que le hicieron valorar el simple hecho de abrir el grifo. Pero además de esto, la hora de la comida ha sido otro de los grandes momentos del robinson. A pesar del buffet del hotel en el que se aloja, es consciente de las tres semanas de concurso en las que la falta de comida le ha hecho perder 6 kilos. Por eso un poco de fruta, un vaso de leche y uno bollos, han formado su primer desayuno. "No puedo dejarme llevar y comer huevos, bacon, porque no sería bueno para mi organismo", reconocía antes de darle un bocado a uno de los dulces. "Hay que valorar la comida, cada cosa que tengáis en casa y valorar hasta el último trozo de lo que sea, aunque sean migas", comentaba después de disfrutar de un trozo de piña.  

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Por último y después de ducharse y comer, llegó el turno de un reencuentro. El aspirante a actor recuperó sus pertenencias después de casi un mes con tres prendas, un saco donde guardarlas y la humedad que no solo les mojaba, sino que lo impregnaba todo con su característico olor. Así, al abriró la maleta con sus enseres, lo primero que llamó la atención  de Alejandro fue el perfume de su ropa y del peluche con el que viajó hasta Honduras. El concursante también ha hecho un repaso por su concurso, pensando en su salida de Supervivientes. "Me siento bastante desubicado por la expulsión. Estoy mal, como si hubiese fallado, pero me voy con la cabeza muy alta", reconocía en la habitación. Y terminó agradeciendo esta experiencia que ha supuesto su primera incursión en televisión: "Lo que más me ha impresionado es la magia que tiene de poder construir tu propia vida, de venir de tener muchas cosas a no tener nada y empiezas a valorarlo (…) Se lo recomiendo a todo el mundo".