Marta Sánchez, sobre su relación con Federico León: 'La diferencia de nueve años no nos afecta'

La artista comenta si tiene planes de boda y desvela que su hija parece haber heredado su talento para la música

Por Antonio Dieguez

Aunque algunos medios llegaron a informar sobre sus planes de boda el pasado mes de diciembre, Marta Sánchez no tiene intención de cambiar su situación con el empresario canario Federico León. Al menos, de momento. Así lo acaba de asegurar la cantante a HOLA.com, en la celebración de los cincuenta años de Cheska como estilista, donde también habló de la estupenda relación que tiene su novio con su hija, Paula. Además, nos confesó cómo se mantiene así de espectacular a sus casi cincuenta y cuatro años, al igual que los motivos por los que no se atreve con cambios de imagen como los que realizó en los ochenta, cuando se tiñó de rubio platino.

Te atreviste con un cambio de look que marcó la historia del pop español. ¿Ahora te cuesta más innovar?
Hombre, llegados los cuarenta y cinco… –se ríe puesto que cumplirá cincuenta y cuatro en menos de dos meses–. Hay que ser más cautelosa con esos cambios drásticos.

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¿Por qué?
La cantidad de pelo no es el mismo. Tampoco el cuello está igual que cuando tienes treinta…

En nada cumples años. ¿Cómo llevas el paso del tiempo?
En mayo los cumplo. Bien, pero hago mis cositas, como cualquier mujer de mi edad. Es inevitable.

¿Cuánto tiempo dedicas al gimnasio?
Entreno dos o tres veces a la semana, con mi entrenador en casa, en el salón. Una hora cada día. También me hago tratamientos en Maribel Yébenes. Lo que hay que ser es perseverante y tener disciplina para obtener resultados.

¿En qué proyectos profesionales estás trabajando? ¿Algún otro, aparte de tu gira al piano?
También estoy preparando la gira para verano y estoy componiendo mi disco. Me llegaban cosas, pero no me convencían y he decidido componer, como hice en el disco anterior, que es todo mío.

¿Cuándo esperas terminar el nuevo álbum?
No lo sé. Ya no digo fechas, para no pillarme los dedos.

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Ahora que estás enamorada, te inspirarás más a la hora de componer.
Sí. La verdad es que el amor y el desamor son dos extremos buenos para componer. Le he hecho un tema a Fede.

¿Ya lo ha escuchado él?
Sí, y está emocionado. Es un mediotiempo.

Hablas de Fede y se te cambia la cara. ¿Qué tiene él para sentirte tan enamorada?
Es un hombre que me ha dado mucha estabilidad. Me quiere bien, como soy, y quiere muchísimo a mi hija. Es como un padre para ella. También es un hombre al que admiro. Estamos en un punto de nuestras vidas muy equilibrado. A pesar de que los medios dicen que tiene treinta y cinco años, tiene cuarenta y cinco. Pero esa diferencia de nueve años no nos afecta. Él ha corrido tanto para progresar en su carrera como empresario que nos entendemos muy bien y nos admiramos mutuamente. No hay diferencias ni posibles complejos.

¿Has sentido esas diferencias en alguna pareja?
Alguna vez, sí, un poco de incomodidad.

¿Cómo van esos planes de boda?
No hay boda con Fede. Se rumoreó porque fui a ver un vestido de novia a Marco y María y dije: “Ay, este traje es un poco sexy para una novia”. Y ahí ya se pensaron que lo estaba eligiendo.

¿Ya compartís techo?
Sí, hace un año y pico.

¿Cómo se encuentra tu hija, Paula?
Muy bien. Ahora está en un momento de pensar y descubrir. Ahora está dando clases de piano. Le gusta mucho la música.

¿Canta bien?
Muy bien, pero lo que pasa es que está muy insegura todavía.

Con dieciséis años, tu hija ya está en plena adolescencia. ¿Cómo lo llevas tú como madre?
Bueno, es ley de vida. Hoy las mujeres crecen y maduran muy pronto, pero todavía está muy cómoda en casa –se ríe–.