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Elle Fanning se ha convertido en los últimos años en una de las estrellas más prometedora de Hollywood. Desde que comenzó a actuar siendo muy pequeña, en concreto dos años, interpretando a la versión menor de su hermana, Dakota Fanning, en Yo soy Sam, la actriz se ha hecho un hueco en la industria del cine. Su último estreno es Violet & Finch (del que también es productora), película romántica de temática adolescente que se puede ver desde el 28 de febrero en Netflix y que coprotagoniza junto con el actor Justice Smith. Es la adaptación del libro Todos los lugares brillantes, de Jennifer Niven y ambos interpretan personajes que están sumidos en diferentes trastornos mentales y que tendrán que enfrentarse por primera vez a las distintas situaciones que les va poniendo la vida.
A diferencia de muchas estrellas infantiles, Elle nunca tuvo maestros de interpretación en el set para que le ayudaran a estudiar porque asistió a una escuela privada en Los Ángeles, lo que le ayudó a mantener su pensamiento centrado en el trabajo. En lo que se refiere al amor, no se sabe si la actriz ha podido inspirarse para su último papel en su vida amorosa porque con apenas 21 años, solo se le conocen cuatro relaciones. Estuvo saliendo brevemente con Dylan Beck en 2014 y con Zalman Band durante el verano de 2015. Desde entonces, la intérprete ha tenido el corazón ocupado gracias al actor y director Max Minghella (que es 12 años mayor que ella), aunque en una entrevista con Ellen Degeneres el pasado octubre no quiso confirmar si continuaban juntos o no. Los dos fueron vistos asistiendo al reestreno de la versión teatral de Fleabag de Phoebe Waller-Bridge en el Teatro Wyndham de Londres el pasado enero. Si sigue con el actor de El cuento de la criada o no, por ahora es un misterio, pero ella misma ha asegurado en Who que "la forma en que prefiero conocer a alguien es a través de un amigo porque eso significa que la persona probablemente no sea un bicho raro".
Lo cierto es que Fanning es una de las actrices del momento. Aunque es posible que muchos no recuerden sus papales de niña, la estadounidense ha participado en Yo soy Sam, Papá canguro, Babel, Deja vu, Reservation road, Somewhere o El curioso caso de Benjamin Buton. No fue hasta un poco más tarde, en 2006, cuando la presencia de sus personajes hizo que su trabajo fuera uno de los más valorados en la industria cinematográfica de Hollywood. Desde Super 8, película dirigida por Steven Spielberg, hasta The neon demon (Nicolas Winding Refn) o Día de lluvia en Nueva York (Woody Allen), la intérprete ha dejado más que claro que puede con todo papel que se le ponga por delante. "Mi hermana empezó primero y se mudó a Los Ángeles. Así que pensé que tal vez debería intentarlo también, porque me encanta convertirme en todos esos personajes diferentes. Simplemente lo intenté y me encantó", revelaba la actriz en una entrevista para Deadline.
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