La mansión londinense que competirá con el Palacio de Buckingham

El magnate Christian Candy está reformando Cambridge Terrace, un edificio histórico de Londres. Cuando termine las obras, su hogar será casi tan grande como el de los Windsor

Por Martín Bianchi

El “rey del ladrillo” de Londres quiere vivir como los Windsor. Y ya está trabajando para conseguirlo. Christian Candy y su hermano, Nick, son los promotores inmobiliarios más famosos de la capital británica. Comenzaron a construir propiedades de lujo en 1995 con un préstamo de 6.000 libras. Ahora, tienen una fortuna estimada en más de 800 millones gracias a complejos residenciales como One Hyde Park y Chelsea Barracks, los búnkers preferidos de jeques y oligarcas.
Christian, de 43 años, es el más pequeño de los hermanos, pero está decidido a vivir a lo grande. Su “delirio de grandeza” tiene nombre: Cambridge Terrace. Se trata de un edificio histórico de Londres construido en 1825 por el famoso arquitecto John Nash, el mismo que levantó el Palacio de Buckingham y Marble Arch, entre otras joyas de la Regencia. El complejo de Cambridge Terrace, con vistas a Regent’s Park (el parque también es obra de Nash), está formado por una serie de mansiones idénticas de estilo georgiano.

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Candy ha comprado siete de esas mansiones y las ha unificado. Cuando termine las obras, su casa, en el corazón del municipio de Camden, será la segunda vivienda más grande de la ciudad, solo por detrás del Palacio de Buckingham. Pero Cambridge Terrace goza de más privacidad que la residencia oficial de la Reina de Inglaterra. Candy no tendrá que abrirla al público, como ocurre con Buckingham, y la está protegiendo de las miradas indiscretas con un jardín privado que ha desatado una ola de críticas entre sus vecinos.

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La reforma de la mansión ya lleva tres años y, según la prensa británica, le ha costado 250 millones de libras (unos 280 millones de euros). Cuando la casa esté terminada, tendrá casi 5.000 metros cuadrados construidos distribuidos en cinco plantas que albergarán catorce dormitorios, una sala de billar y una de fumadores, una biblioteca, una decena de salones para recibir y dar fiestas, un bar, una bodega, un gimnasio, una sala de yoga y una piscina cubierta, entre otras facilidades. Incluso contará con su propio “panic room”, una habitación del pánico en caso de que entren ladrones.
La familia Candy tendrá espacio de sobra para recibir a huéspedes. Christian está casado con la socialite Emily Crompton y solo tiene dos hijos, los mellizos Isabella Monaco Evanthia y Cayman Charles Wolf. Ni siquiera vivirán todo el año en su palacio londinense, ya que pasan temporadas en Mónaco.

La propiedad fue declarada edificio de interés excepcional en 1974. Pero eso no ha impedido a Candy que realice reformas en la finca, incluida la construcción del jardín privado. La obra, que costará 26.5 millones de libras (casi 30 millones de euros), ha levantado ampollas en el barrio. Numerosos vecinos se han opuesto al proyecto, ya que implica la “privatización” de parte de una de las calles. Tras un año de litigio, el magnate inmobiliario acaba de ganar la batalla legal y ha ordenado que se reanuden las obras de ajardinamiento.

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El coste de las reformas de Cambridge Terrace parece exorbitante, pero no para para alguien como Candy. De hecho, el precio de la obra podría parecer una “ganga” si se lo compara con el coste de las viviendas que él suele construir para los súper ricos londinenses. Hace unos años, por ejemplo, vendió un piso de 1.400 metros cuadrados en One Hyde Park por 175 millones de libras (casi 200 millones de euros). Él, por 250 millones, se ha hecho con un palacio de 5.000 metros cuadrados al que muchos ya han bautizado como “el otro Buckingham”.