Brooklyn Beckham se lleva al trabajo a su mejor compañero de equipo

David Beckham acompaña al joven en su exitosa firma de libros en Nueva York

Por Gtresonline

Aunque de manera oficial Brooklyn Beckham ha dejado la casa de sus padres, David y Victoria siguen muy presentes en la vida del joven artista. El hijo del futbolista y la ex Spice Girl cambiaba recientemente su lugar de residencia a la Gran Manzana, para iniciar sus estudios de fotografía en la prestigiosa Escuela de Diseño Parsons, en Nueva York. Allí, el joven tiene previsto mejorar sus técnicas fotográficas, materia en la que ya ha demostrado ser todo un experto.

A través de las redes sociales, Brooklyn ha colgado numerosos de sus trabajos tras el objetivo, muchos de los cuales, además, se incluyen en el libro What I see, que recoge su particular universo adolescente desde un punto de vista íntimo y personal. Inmerso en plena promoción de su obra, el joven de 18 años acudía estos días a una conocida librería de Manhattan para protagonizar una exitosa y multitudinaria firma de libros, en la que no podía faltar su apoyo más incondicional, su padre.

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A su corta edad, el fotógrafo ya ha experimentado las mieles del éxito de su trabajo. Y, aunque la idea principal es desvincular su imagen de la de sus archiconocidos padres, así como labrarse un futuro profesional independiente, el primogénito del matrimonio Beckham no duda en apoyarse en ellos siempre que puede. Poco después del desfile de Victoria Beckham en la Semana de la Moda neoyorquina, el joven se reunía con sus fans en la mencionada firma de libros, lugar en el que también se fotografió con muchos de sus seguidores.

En un momento tan especial para él, la compañía de su padre se convirtió en un fuerte baluarte. Aunque el exfutbolista trató de no restar protagonismo a su hijo, las pasiones que despierta el Sir británico impidieron que esto sucediera en gran parte; algo que se puede comprobar en las diferentes instantáneas compartidas por los internautas en las plataformas sociales.

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A pesar de todo, en la medida que le fue posible, David intentó permanecer en un discreto segundo plano. No solo durante el evento, sino también a la salida, donde, sin poder contener la emoción de haber presenciado el gran momento de su hijo, abandonó el local a varios metros de distancia de Brooklyn con una enorme sonrisa.