Naomi Campbell, Cindy Crawford, Helena Christensen... las 'top' de los ochenta bailan al ritmo de Duran Duran

Por hola.com

Siguen teniendo ese sonido nostálgico que nos traslada a la década de los ochenta en la que ellos fueron reyes. Duran Duran sigue encandilando a los que aprendieron con ellos lo que era un tupé y el pelo cardado, pero en su camino han sabido adaptarse y reinventarse con los tiempos. Es inevitable sin embargo echar de vez en cuando la vista atrás para hacer un repaso a esos treinta años de carrera intachable y en esta ocasión lo han hecho como mejor saben: con música.

El single Girl Panic, nuevo corte de su disco All You Need Is Now, es un compendio de lo que podríamos llamar el sonido Duran Duran, una especie de metáfora de lo que fue su ascensión a la fama. Para escenificarlo han escogido otro icono de la época que, sin duda, aporta glamour y estética al resultado. Cinco de las top models más importantes y reconocibles de aquellos años se han puesto al servicio de la banda para convertirse en sus alter ego y unir, durante unos nueve minutos (es lo que dura la versión extendida), estos dos mundos.

Naomi Campbell se mete en los zapatos del vocalista, Simon, Cindy Crawford “toca” el bajo como John Taylor, Eva Herzigova, el teclado como Nick Rhodes, Helena Christensen coge las baquetas de Roger Taylor y Yasmin Le Bon (mujer de Simon, ¿tal vez la inspiradora de la idea?) interpreta al guitarra del grupo, Dominic Brown. Ellas escenifican cómo la fama, las fotos y las firmas de autógrafos forman parte de lo que supone ser una estrella. Al mando de las espectaculares imágenes, rodadas en el hotel Savoy de Londres, está Jonas Akerlund que ya demostró su talento en el comentado vídeo Telephone de Lady Gaga y Beyoncé.

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Inevitable es la referencia a la moda e incluso los diseñadores Dolce & Gabbana que pusieron su toque en el rodaje, hicieron un cameo. ¿Cómo encaja la banda en este mundo dominado por las mujeres? Ellos se quedan al margen y ejercen de testigos mudos, asegurándose, como buenos camareros, de que el champán nunca falte...