La última faceta de la crisis resulta totalmente sorprendente: al parecer, en tiempos de recesión económica, los países desarrollados tienen mejor salud. Eso es lo que concluye un artículo publicado en la revista científica Canadian Medical Association Journal. Disminuye la tasa de mortalidad y el campo sanitario está más reforzado.
Además, mayor riqueza no es sinónimo de un mejor sistema sanitario, sino que este depende, según el análisis, de cómo se aprovechen los recursos: la productividad es la clave.
Y para muestra, un ejemplo. Estados Unidos, el país con el mayor PIB per cápita del mundo, “tiene una esperanza de vida más baja que casi todos los otros países ricos y algunos de los pobres", señala el autor del estudio, el doctor Stephen Bezruchka, de la Universidad de Washington.
Por lo tanto, la recesión actual presenta nuevas oportunidades: no todo es negro. Es cierto que perovoca muchos quebraderos de cabeza y una sensación de incertidumbre, pero también ejerce positivamente en las personas. En tiempos de crisis la falta de trabajo incrementa el tiempo de ocio con familiares y amigos y reduce el estrés, tal y como recoge la agencia EFE, lo que conlleva a una disminución del tabaquismo, el consumo de alcohol y el comer compulsivamente. Además, se prescinde de gastos innecesarios, se camina más y se ciuda mejor la alimentación. Una vida más sana en momentos difíciles.
No obstante, el estudio remarca que en algunos países europeos, como Alemania, Francia o Suecia, no se experimenta un cambio tan significativo en el índice de mortalidad, y los motivos están en la solidez y efectividad de sus sistema de seguridad social.
De esta manera, el doctor Bezruchka concluye en su estudio que si reconocemos que el crecimiento económico “puede no ser bueno para nuestra salud, podremos averiguar una manera de controlar el exceso de riqueza...y de redistribuir los recursos nacionales a través del gasto social para el bien común."
)
)
)
)
)
)
)
