La remolacha amarilla es una variante de este tubérculo, con un sabor ligeramente más dulce que el de la remolacha roja. Vamos a emplearla para hacer esta rica crema a la que daremos un punto crujiente sumándole unos garbanzos que cocinaremos previamente al horno. La nata final nos ayudará a aportar mayor cremosidad.
- 400 g de Remolacha amarilla
- 200 g de Patata
- 1 Cebolla
- 1 diente de Ajo
- 200 g de Garbanzos cocidos en conserva
- 6 Rabanitos
- 1 cucharada de Comino molido
- 1 cucharada de Ajo molido
- 400 ml de Caldo de verduras
- 20 g de Mantequilla
- 2 cs de Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta
- 4 cs de Nata
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1.
Pelar las patatas y las remolachas y cortarlas en dados.
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2.
Pelar y picar la cebolla y el ajo.
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3.
Calentar el aceite y la mantequilla en una cazuela y rehogar 5 minutos la cebolla y el ajo.
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4.
Añadir las patatas y las remolachas, salpimentar y sofreír 3 minutos.
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5.
Bañar con el caldo de verduras, llevar a ebullición y cocer 30 minutos a fuego bajo.
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6.
Triturar hasta obtener una crema fina y mantener al calor.
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7.
Precalentar el horno a 190º. Cortar los rabanitos en láminas.
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8.
Escurrir los garbanzos y ponerlos en un cuenco con el ajo, los cominos molidos y sal.
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9.
Colocarlos bien separados en una bandeja de horno sobre papel sulfurizado. Hornearlos a 190º 12-15 minutos, hasta que se doren.
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10.
Echar la crema en cuencos individuales, acompañar con los garbanzos asados y los rabanitos y decorar con la nata.
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11.
Tip: Si se desea acentuar el color naranja de la crema, añadir a la cazuela en los últimos 5 minutos de cocción 50 g de queso Cheddar.
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