Doña Letizia confió una vez más en el diseñador Felipe Varela, su preferido a la hora de asistir a compromisos oficiales, para el bautizo de la segunda de sus hijas. La Princesa lució abrigo de encaje blanco y gris claro con manga hasta el codo y bajo él, un vestido de seda en gris claro. Los zapatos, con ligera plataforma eran lo que los especialistas en moda llaman peep toes y de color plata. En un día tan especial, doña Letizia estaba especialmente favorecida.
Tras el nacimiento de su hija menor, sólo se le había visto en público en dos ocasiones, en dos acontecimientos marcados por la tragedia como fueron el funeral de Estado por los seis militares muertos en el atentado perpetrado en Líbano contra las tropas españolas y la visita a los familiares de las víctimas mortales del atentado terrorista en Yemen contra turistas españoles. En el día del bautismo de su hija menor, la Princesa estaba radiante. Se ha cortado el pelo a la altura de los hombros y lo lleva más escalado en la parte de delante. Estaba feliz, relajada y encantada de posar por segunda vez con su hija menor en brazos.
Radiante estaba también Paloma Rocasolano, madre de la princesa y madrina de bautismo de su nieta menor. Eligió un traje de chaqueta y falda de gasa en rosa palo. La reina Sofía fue más atrevida y menos formal. La soberana encabezaba a las invitadas femeninas que optaron por pantalón en lugar de falda. Lució un traje de pantalón de color amarillo, de cuello redondo y sin solapas en la chaqueta. Menchu Álvarez del Valle vistió igualmente traje pantalón, en un tono muy similar al elegido por doña Sofía, en este caso, en color verde lima. Telma, la hermana de doña Letizia, llevó un ancho pantalón blanco y chaqueta estilo oriental en que jugaba con el blanco y el negro. Esos mismos colores fueron los escogidos por María García de la Rasilla. La elegante esposa del príncipe Konstantin de Bulgaria lució un vestido blanco sin mangas con corte a la altura de la cadera y adornos en negro.
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