Asimismo, durante su estancia, la [reina Margarita] se enfrentó a un difícil reto: mantener la espada frente a la llama eterna en la tumba del soldado desconocido, un monumento de 46 metros en honor a la libertad belga. Margarita de Dinamarca venció el desafío gracias a la ayuda del presidente de los veteranos de la II Guerra Mundial, Oscar Conreur, que le enseñó, apoyado en su bastón, como poder sostener la espada sobre la llama de gas.
Después del almuerzo en el Palacio Real, el alcalde de Bruselas, Freddy Thielemans, recibió a la reina Margarita y a su esposo en el ayuntamiento de la capital belga, en la Grand Place. Varios miles de ciudadanos y turistas de Bruselas, entre ellos muchos daneses, se congregaron en la plaza para saludar a los monarcas. Por la noche, los Reyes belgas organizaron una cena de gala en honor a sus invitados.
)
)
)
)
)
)
