Carla Bruni celebra su 41º cumpleaños y se reencuentra con las pasarelas en las favelas de Río de Janeiro
La Primera Dama de Francia acompaña a su esposo, el presidente Nicolás Sarkozy, en una visita oficial al país con motivo de la cumbre Brasil-Unión Europea
Carla Bruni celebró ayer su 41º cumpleaños a ritmo brasilero, durante una visita oficial al país carioca junto a su esposo, el presidente Nicolás Sarkozy, con motivo de la cumbre Brasil-Unión Europea. Mientras el mandatario francés cumplía con sus responsabilidades presidenciales y se reunía con su homólogo brasileño, Lula da Silva, la Primera Dama pasaba el señalado día en una favela de Río de Janeiro rodeada de niños, que le obsequiaron con el tradicional Cumpleaños Feliz (Parabens para você!'), flores y una camiseta, antes de asistir a un desfile de moda de carácter social.
Eran los niños del centro Criança Esperanza (Infancia Esperanza), un programa de la Unesco en asociación con la TV Globo, que pretende sacar a más de 8.000 pequeños de la miseria y apartarlos de peligros como el tráfico de drogas, un medio fácil de vida en barriadas como la favela Pavao-Pavaozinho, colgada de las colinas que circundan la célebre playa de Copacabana.
Después Carla Bruni se reencontró con las pasarelas. Pero desde el front row, que es como llaman los gurús de la moda a la primera fila. Fueron una docena de jóvenes, todas de la favela, las que hicieron sus pinitos en la profesión que encumbró como top model a la Primera Dama y desfilaron ante sus ojos expertos para presentar los coloridos modelos de Modafusion, una asociación franco-brasileña, que valora la creatividad del trabajo de las mujeres de las comunidades pobres. La Primera Dama, envuelta en moda -traje sastre púrpura de manga corta y mocasines planos- como siempre, y como tocaba especialmente en un acto de estas características, asistió, sentada con una niña en sus rodillas, junto a la esposa del gobernador de Rio de Janeiro, Adriana Cabral, a la presentación de la colección Primavera-Verano 2009. Un desfile que le traería a la memoria viejos tiempos como modelo y seguro, modas pasadas.
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Después Carla Bruni se reencontró con las pasarelas. Pero desde el front row, que es como llaman los gurús de la moda a la primera fila. Fueron una docena de jóvenes, todas de la favela, las que hicieron sus pinitos en la profesión que encumbró como top model a la Primera Dama y desfilaron ante sus ojos expertos para presentar los coloridos modelos de Modafusion, una asociación franco-brasileña, que valora la creatividad del trabajo de las mujeres de las comunidades pobres. La Primera Dama, envuelta en moda -traje sastre púrpura de manga corta y mocasines planos- como siempre, y como tocaba especialmente en un acto de estas características, asistió, sentada con una niña en sus rodillas, junto a la esposa del gobernador de Rio de Janeiro, Adriana Cabral, a la presentación de la colección Primavera-Verano 2009. Un desfile que le traería a la memoria viejos tiempos como modelo y seguro, modas pasadas.