El primer santo beatificado fue San Ulrico en el siglo X

Por hola.com

El culto a los santos, como lo practica la Iglesia Católica, comenzó en el Siglo II y fue durante el primer milenio de la Iglesia una "cosa" del pueblo, que veneraban, libremente, a los mártires y a los cristianos que habían dado ejemplo de una vida íntegra y ejemplar.

Así, y aunque pueda parecer sorprendente, el primer santo canonizado por un Papa (el Pontífice Juan XV emitió formalmente el primer decreto de canonización) en el año 993 fue San Ulrico (Ulderico de los Condes de Dillingen) que era un obispo de la diócesis de Ausburgo y había nacido en Zurich, Suiza (890- 973).

Hijo del Conde Hupaldo y Thetbirga (relacionados con los duques de Alemania y con la familia imperial de los Otones) y valedor de los pobres, Ulrico pasó a la historia por el buen ejemplo de su clero y diócesis, por sus milagros, por haber construido infinidad de Iglesias para que el pueblo tuviera fácil acceso a las bendiciones católicas.

En contra del celibato
Asimismo, se extendió por todo Alemania, la historia de su muerte que sucedió el 4 de julio de 973, después de que Ulrico esparciera cenizas en el suelo formando una cruz (que bendice previamente) y cómo esperó tumbado sobre ésta la llegada de su muerte mientras el clero entonaba las Letanías.

Por último, merece la pena destacar el hecho de que, cien años después de su muerte, apareciera una carta supuestamente suya oponiéndose al celibato, y apoyando el matrimonio de los sacerdotes argumentando que, "basándose en el sentido común y la escritura, la única manera de purificar a la Iglesia de los peores excesos del celibato es permitir a los sacerdotes que se casen"