Después de que el pasado año dimitiera como presidente de la Fundación Sabera, el menor de los hermanos Cano se ha dedicado en cuerpo y alma a su gran pasión, la música; y no ha tenido reparos en aceptar el reto de componer la banda sonora de la candidatura olímpica de Madrid 2012.
Han sido dos meses de intenso trabajo en los estudios que el músico posee en Londres (Abbey Road) para alumbrar una composición que, según el mismo define, es por encima de todo "algo universal, capaz de comunicar a todas las personas del mundo cuando lo escuchen, porque las olimpiadas no solamente son para España". Y el resultado, que el músico presentará esta noche en el Palacio de Congresos de Madrid, ha sido una sinfonía instrumental compuesta por nueve variaciones de una misma melodía. Y es que Nacho Cano lo tenía claro: "he querido crear un himno con una melodía que sirviera para todo y que fuera el arreglo, cambiándolo, el que diera la dimensión del agua, la dimensión de la tierra, la dimensión de la carrera".
Lo que sí es cierto es que esto de componer himnos debe ser algo de familia, porque su hermano, José María Cano, también se encargó de componer otro, pero esta vez la música del himno de otra de las grandes instituciones deportivas de la capital: el Real Madrid.
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