—Para mí, la fotografía es relajación y una parte de mi energía creativa. Me gusta ser capaz de ver la belleza que está en todas partes. Por otra parte, vendo mis fotografías y así dono el dinero, que yo no necesito, para ayudar a la lucha contra el cáncer de mama.
—¿Cuál es esa foto inolvidable?
—No está en mi último libro, sino en el primero. Es una escena invernal, con nieve y escarcha en las ramas. Es muy pronto, por la mañana, y la luz es preciosa. Se trata de una imagen que se ha convertido en un icono para mí.
—¿Qué le queda por hacer?
—Escribir las Memorias de la familia. Es lo que me gustaría hacer.
—¿Qué piensa cuando dicen de usted que es una de las cien mujeres más influyentes de Nueva York?
—La verdad es que estoy muy impresionada. Además, no creo que lo sea.
—¿Tiene tiempo para compaginar todo?
—Bueno, paso mucho tiempo hablando por teléfono. Duermo muy poco, y cuando termino mi trabajo en la oficina voy a visitar a mis nietos. A uno de mis hijos le veo todos los días, porque trabaja en la oficina, pero con el otro, que vive en California, hablo por teléfono. Además, cuando ellos no vienen a Nueva York somos nosotros quienes vamos a visitarles o nos reunimos en otros sitios. Nuestra vida es muy ajetreada.
—¿Qué siente cuando una mujer le escribe una carta o le llama para decirle que se ha curado de un cáncer que tenía?
—Cuando alguien escribe una carta así es como un sueño hecho realidad. Una sensación fantástica.
—¿Queda mucho por hacer todavía?
—Sí, sí, todavía queda mucho. Nadie puede asegurarlo, pero a lo mejor en los próximos cinco o diez años todo habrá terminado, porque ya están hallando la secuencia de los genes. Nosotros estamos en el proceso de financiar investigaciones para secuenciar esos genes para que algún día con esa información podamos ser capaces de crear una vacuna que pueda invertir la señal de la célula madre y que ésta dé a la célula hija la señal correcta para que se duplique en vez de crear este crecimiento que no para.
—¿Es usted una mujer llena de esperanza?
—Sí. Para mí no existe el «no puedo hacerlo».
—¿Es tenaz y perseverante?
—Sí.
—¿Qué dice el señor Lauder de tener una mujer de tanto éxito como usted?
—Le encanta y me apoya muchísimo.
—Ya para acabar. ¿Qué mensaje les daría a las mujeres que estén luchando contra un cáncer de mama?
—Que no deben tener miedo, porque es curable en un noventa y siete por ciento de los casos. También recomendaría a todas las mujeres que deben examinarse a sí mismas y hacerse mamografías cada año.
—¿Llegaremos pronto a la curación total?
—Eso es lo que espero, que un día aparezca la vacuna y que podamos prevenirlo.
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