Las duchas de agua fría ya no serán una tortura

Te explicamos cómo construir una práctica ducha para el patio o el jardín

Por hola.com

Quienes disponen de una barbacoa en su jardín ya sabrán lo importante que es tener cerca una ducha o una manguera, especialmente en verano, para no terminar más asados que las propias chuletas con las que homenajearemos a nuestros invitados.

Una buena duchita de agua fría también hará felices a los más pequeños de la casa, quienes podrán jugar y corretear por el jardín sin sufrir los duros efectos del calor o quitarse el cloro tras un largo día en la piscina.

Por eso, en esta ocasión te explicaremos cómo construir una práctica ducha para el patio o el jardín, que podrás conectar directamente a una boca de riego. Si eres previsor y dejas la manguera desenrollada sobre el césped, el primero en ducharse lo hará con agua templadita. Para los demás, agua fría, que al fin y al cabo no hay mejor manera de despejarse y refrescarse.

¿Qué necesitaremos?

Para edificar este sencillo rincón de relajación utilizaremos tablas de pino de 90 x 20 mm de sección, que distribuiremos del siguiente modo:

·Un panel de fondo, compuesto por 11 tablas de 2.200 mm de largo.
·Dos travesaños para el fondo, de 990 mm de largo.
·Dos laterales, para cuya construcción necesitaremos 14 tablas de 1.000 mm de largo.
·Dos travesaños laterales de 630 mm de largo.
·Dos estantes de 630 mm de largo para dejar el gel.
·Dos tirantes de 950 mm de largo.
·Sobre el suelo, situaremos una tarima formada por 10 tablas de 1.000 mm de largo, para no tener que poner los pies sobre el barro.
·También necesitaremos tres travesaños de 950 mm de largo para el entablado.
·Por último, utilizaremos un sencillo grifo de latón cuyo tubo de cobre medirá aproximadamente un metro. En este sentido, la elección de la altura a la que colocaremos el grifo quedará a nuestro criterio y, si lo deseamos, también podremos acoplarle una alcachofa de ducha y su correspondiente manguera flexible.

Un trono en el que meditar

Ya tenemos nuestra ducha instalada y lista para que nos demos el primer remojón, pero existe la posibilidad de dar un paso más.

Si deseas seguir utilizando esta estructura cuando el verano deje paso al otoño, tendrás la posibilidad de convertir este rincón de tu jardín en un auténtico remanso de paz. Con un poco de maña y unas sencillas instrucciones convertirás la ducha en un confortable banco. Bastará con eliminar las conducciones de agua e instalar un sencillo asiento.

Para ello, tendrás que atornillar bajo los estantes dos listones de 30 cm de longitud, a una altura de 45 cm del suelo, que servirán de soporte para otras tres tablas colocadas a lo ancho y separadas por un intervalo de 15 mm. Los brazos de este sencillo banco serán los propios estantes que en verano habíamos usado para dejar el champú.

Finalmente, colocaremos unos cojines, instalaremos una sombrilla… Y por fin podremos disfrutar de la tranquilidad de nuestro jardín mientras saciamos nuestro apetito de lectura, nos relajamos o simplemente dormimos la siesta.