
“No puedes perderte los hojaldres de esta pastelería. En esa otra, las palmeras son una locura. ¿Y en aquella de más allá? ¡Imposible irte sin probar sus trufas!” Al igual que cada restaurante suele tener sus especialidades (esos platos que, al menos en una primera visita tienes que probar ‘sí o sí’), con las pastelerías ocurre lo mismo. Entre los numerosos dulces que reúnen sus vitrinas suele destacar a menudo una especialidad que sobresale por encima del resto. Ocurre de forma muy común en el caso de las confiterías más tradicionales; esas pastelerías históricas que, no obstante, han sabido adaptarse a estos ‘tiempos de delivery’ que corren, sumando a sus servicios habituales de venta presencial también los de venta online. Así, sobaos, bollos, hojaldres… los postres más clásicos viajan empaquetados por toda España para llegar hasta los hogares de los paladares más dulceros. Las direcciones golosas que hemos reunido hoy aquí, a modo de pequeño ejemplo, dan buena muestra de ello. ¿Nos acompañas en esta ruta dulce?

Sobaos pasiegos: Casa El Macho (Selaya, Cantabria)
Son muchos los lugares en Cantabria donde podemos comprar magníficos sobaos pasiegos artesanos (que poco a nada tienen que ver con los sobaos industriales que encontramos en los supermercados). De entre esos establecimientos, nos quedamos hoy en uno de los más populares: Casa El Macho, en la localidad de Selaya. A partir de los cinco ingredientes básicos -mantequilla, azúcar, huevo, harina y levadura- aquí elaboran con mimo unos sobaos absolutamente irresistibles. No obstante, no es necesario desplazarse hasta Selaya para poder probarlos -algo especialmente interesante en estos tiempos de pandemia y restricciones a la movilidad- ya que pueden comprarse a través de su página web. Tienen cajas de distintos tamaños y formatos (el kilo sale a 8 euros, gastos de envío al margen) y, además, ofrecen también una versión con perlas de chocolate. Envían a toda la Península y en su catálogo de venta online también encontramos quesadas, quesos, mermeladas y otros productos de repostería como las Rocas del Río Miera o pastas de almendra.
Más información: casaelmacho.com

Bollos suizos y hojaldres: Antigua Pastelería El Pozo (Madrid)
Con dos siglos de historia a sus espaldas, Antigua Pastelería El Pozo es todo un emblema de la repostería madrileña. Roscones, buñuelos, monas de pascua, torrijas, tartas, rosquillas… aquí el goloso se pierde entre tanta ‘tentación’. Aunque si hay algo por lo que, quizá, es especialmente popular esta icónica pastelería es por sus magníficos hojaldres. Asimismo, son también muy reconocidos los bollos suizos (llamados así no porque procedan de Suiza sino porque empezaron a elaborarse en el ya cerrado Café Suizo de Madrid). Dulces todos ellos disponibles online a través de su página web.
Más información: antiguapasteleriadelpozo.com

Trufas: Pastelería Arrese (Bilbao)
Tartas, bizcochos, pastas, bollería… La pastelería Arrese de Bilbao es otro de esos paraísos en el que cualquier amante del dulce querría ‘quedarse a vivir’… Pero si el nombre de Arrese está asociado a un producto, ése es sus famosísimas trufas. Cuentan con distintos sabores (chocolate, nata, Baileys y Cointreau) y disponen de distintos packs y formatos, tanto para comprar en tienda como para comprar online. Los precios suelen ir por peso (250 gr, 17 euros; 500 gr, 34 euros; 750 gr, 51 euros; 1kg, 68 euros). No son las trufas más baratas del mundo, pero si te animas a comprarlas entenderás por qué merece la pena pagar su precio al primer bocado… ¡Pura delicadeza!
Mas información: arrese.biz

Carbayones: Camilo de Blas (Asturias)
Además de ser el apelativo cariñoso con el que se conoce a los habitantes de Oviedo, el término ‘carbayón’ también está asociado al dulce más emblemático de esta bella ciudad. El nombre hace referencia a un roble centenario (‘carbayu’ en bable), cuyas raíces se hundían al comienzo de la famosa calle Uría de la capital asturiana. Según se cuenta, fue en la histórica confitería Camilo de Blas donde nació este rico pastelito elaborado a base de hojaldre, almendra y yema, que hoy se comercializa en todo el Principado. Dentro del apartado ‘Especialidades’ de su tienda online encontramos estos dulces en distintas versiones, (tradicionales y sin gluten) y tamaños. Por ejemplo, la caja de 16 unidades tiene un coste de 30 euros.
Más información: camilodeblas.es

Palmeritas: Pastelería La Torre (Morata de Tajuña, Madrid)
Ya en nuestro especial de 2019 sobre las mejores direcciones de España para ‘palmera lovers’ os contábamos cómo Morata de Tajuña se había convertido en un destino de referencia. Todo cobró fuerza gracias la ‘Feria de la palmerita’ que pusieron en marcha en esta localidad madrileña, evento que pronto cosechó un enorme éxito. Así, distintas pastelerías del pueblo ‘compiten’ desde entonces para hacer la palmera más rica (todas del mismo estilo; pequeñas y gorditas), aunque la pionera fue la ‘Pastelería De la Torre’. Además de las tradicionales de chocolate negro, aquí también hacen palmeritas de chocolate blanco, glaseadas, de fresa, de Oreo… pequeñas delicias que envían a toda España. Eso sí, los pedidos no se hacen online sino que solo es posible encargarlos a través del teléfono 91 0706539 (en horario comercial todos los días excepto lunes).
Más información: Instagram @pasteleriadelatorre

Panchineta: Pastelería Otaegui (San Sebastián)
Fino y crujiente hojaldre relleno de crema pastelera y cubierto con una fina capa de almendra tostada. Así es la panchineta, uno de los dulces más conocidos de la repostería vasca (además de en confiterías, es también habitual encontrarla en la carta de muchos restaurantes de Euskadi). Si buscamos su lugar de nacimiento debemos dirigirnos a San Sebastián. En concreto a la histórica Pastelería Otaegui. Allí llevan más de 80 años elaborando este postre (como decimos, mil veces versionado) con una receta que ha ido pasando de generación en generación. Hoy sigue siendo, sin duda, el postre estrella de Otaegui, que cuenta con cuatro ‘sedes’ en la capital guipuzcoana y que, desde hace unos meses, tiene también servicio a domicilio y venta online a través de su web. El precio de la panchineta puede oscilar entre los 24 euros (para 4 personas) y los 60 euros (para 12 personas).
Más información: pasteleriaotaegui.com

Pastel ruso: Pastelería Ascaso (Aragón y Madrid)
El pastel ruso es, sin duda, la creación más conocida y demanda de la pastelería Ascaso. Un templo del dulce que abrió sus puertas en Huesca allá por 1890 y que hoy día cuenta también con ‘sucursales’ en Zaragoza y Madrid. Avellana, almendra, clara de huevo, espuma de praliné y ‘un toque secreto’ son los ingredientes de ese pastel ruso, de textura esponjosa y cremosa, que también se puede adquirir online en dos formatos (grande, de 500 gramos, por 15,40 euros; y pequeño, de 300 gramos, por 9,90). Envían a toda la península y otra de sus ventajas es que se trata de un pastel que, aún sin tener conservantes, viaja muy bien.
Más información: pasteleriaascaso.com

Trenza de Almudévar: Pastelería Tolosana (Huesca)
Terminamos esta ruta dulce sin movernos de tierras aragonesas. En concreto, ponemos rumbo hasta la localidad oscense de Almudévar, de donde es originaria una de las ‘trenzas’ más populares de la repostería española. Y es que fue en la panadería que la familia Tolosana regentaba en este pueblo de Huesca cuando, a principios de los años 80 del siglo pasado, vio la luz por vez primera esta pieza de hojaldre. Una receta familiar, entre cuyos ingredientes encontramos nueces, almendras y pasas maceradas en ron, que no tardó en cosechar un gran éxito. Tanto es así, que en 1994, la Trenza de Almudévar consiguió la marca C’alial (sello con el que el Gobierno de Aragón reconoce los alimentos y productos aragoneses de calidad diferenciada) y hoy es posible adquirirla en muchos puntos de venta de España. No es raro encontrarla, por ejemplo, en El Club Gourmet de El Corte Inglés. Hoy día la Pastelería Tolosana cuenta con tiendas en Almudévar, Huesca y Zaragoza y ofrece un servicio de venta online.
Más información: pasteleriatolosana.com
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