Viento en popa, así es como marcha la relación de Miranda Kerr y el actor Orlando Bloom y del mismo modo es como la pareja ha decidido recibir el 2010. A bordo de un lujoso yate han surcado las aguas de la caribeña isla de San Bartolomé, donde han podido disfrutar de la privacidad y el romanticismo que inspira el paraje.
Acompañados de otra pareja, la formada por el también actor Jason Statham y su novia Alex Zosman, se relajaron al sol en cubierta y aprovecharon para darse un chapuzón. Miranda lució su espectacular figura con un bikini negro, sin tirantes para evitar las molestas marcas en su bronceado, y se protegió del sol con una enorme pamela y gafas de sol.
A la escapada íntima se unió también Frankie, la mascota de Miranda, de la que Orlando estuvo pendiente en todo momento, tal y como muestran las imágenes. Sin embargo, el perrito se quedó en el barco la noche de fin de año, cuando la pareja, para celebrar una ocasión tan señalada, asistió a la multitudinaria y lujosa fiesta que dio el magnate Roman Abramovich (que le costó, según se ha dicho, unos 5 millones de dólares, casi tres millones y medio de euros). Durante el baile los más curiosos vieron cómo se daban un cariñoso beso y es que, pese a que de momento no tienen planes de boda, siguen de lo más enamorados.
La agenda de ambos para 2010 es inmejorable ya que está repleta de compromisos profesionales: Miranda es la nueva imagen de la fragancia Dream Angels Heavenly Enchanted, de Victoria Secret, y acaba de lanzar una línea de productos cosméticos, Kora, mientras que Orlando Bloom está pendiente del estreno de varias películas, Sympathy for Delicious, en la que da vida a una estrella de rock, Main Street, junto a Patricia Clarkson y Colin Flirth, así como The Cross, la última película de Andrew Niccol, guionista y ganador de un Oscar por el Show de Truman.