Ahora existe la versión casera de estos peelings. Lógicamente, son más suaves que los procedimientos médicos, y por tanto, sus resultados más discretos. Aquellos basados en diversos ácidos (principalmente, el glicólico), están formulados con un PH controlado para no irritar la piel en exceso, aunque se deje actuar más tiempo del recomendado. Además, incluyen cremas o activos reparadores para su uso posterior, que calman y regeneran la epidermis. Los que se asemejan a la microdermoabrasión son fórmulas cremosas que contienen microcristales de óxido de aluminio, con gran poder de arrastre.
¿Para todas las pieles? La experta esteticista Felicidad Carrera considera que estos peelings deben ser usados sólo por aquellas pieles que los aguanten bien. "Cuando se tiene una piel fuerte, resistente, no hay problema en usarlos, pues los aguantan bien. Sin embargo, no los recomiendo en pieles frágiles o muy finas. Tampoco después de la menopausia, cuando la epidermis ya es de por sí más delgada. Al fin y al cabo, retiran capas de piel, lo que no conviene a cutis ya de por sí fragilizados". En cualquier caso es importante seguir las instrucciones de uso al pie de la letra, y no abusar de estos peelings, usándolos tan sólo como tratamiento puntual.
Directo a la arruga Inspirándose en las técnicas de relleno de las arrugas han aparecido también cosméticos que atenúan las líneas más marcadas. ¿Cómo? Mediante agentes que "rellenan" la arruga, creando una superficie más lisa. Además, concentrando mayor cantidad de activos antiedad y estimuladores del colágeno para rellenarla desde dentro. El proceso requiere cierta paciencia, aplicando el producto justo encima de las arrugas más marcadas, lo que puede hacerlo algo pesado para uso diario (¡aunque bienvenidas sean quienes puedan dedicarle ese tiempo), y lo hace idóneo para ocasiones especiales, completando los productos de efecto flash.
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